Un cruel y excesivo baño de realidad

José M. Fernández A CORUÑA / LA VOZ

DEPORTES

Postiga, muy desdibujado ayer y que fue sustituido en el descanso, cae ante Kroos y Varane.
Postiga, muy desdibujado ayer y que fue sustituido en el descanso, cae ante Kroos y Varane. césar quian< / span>

El Madrid puso al descubierto las carencias de un Dépor blando, poco competitivo y desde ayer tocado anímicamente

22 sep 2014 . Actualizado a las 00:08 h.

Un duro correctivo, la mayor goleada que el Dépor ha sufrido en su estadio. El abismo que separa al Dépor actual del Real Madrid es tanto que para que el cuadro coruñés pueda buscarle las cosquillas al equipo blanco no solo necesita un buen día -que también-, sino ser un grupo agresivo, no permitirse errores defensivos y no conceder espacios a un rival que disfruta a campo abierto. Nada de eso fue ayer un Dépor que compitió aceptablemente en el tramo inicial de cada tiempo, pero que se desdibujó a cada arreón madridista sin más respuesta que la resignación. Una derrota que puede dejar secuelas en un grupo que todavía se está armando y que el martes tiene un complicada prueba en Balaídos.

Los espacios

Benzema abrió el partido

Benzema, en cada una de sus carreras al espacio fue un puñal imposible para sus defensores. El esperanzador inicio, en el que el equipo de Víctor Fernández tenía una digna apariencia -siempre muy junto y cediendo campo al Madrid-, se desmoronó a la media hora de juego. Cristiano Ronaldo puso la firma una precisa transición elaborada por Kroos y James y el colofón de un cabezazo del portugués a centro de Arbeloa. Ahí aparecieron todas las costuras del conjunto blanquiazul, que sufría en cada pérdida y que concedía excesivo espacio a sus espaldas, al menos ante un rival que aprovechar todos los regalos. James puso la rubrica a otra gran acción de Benzema y Cristiano, en fuera de juego, marcó a puerta vacía tras un error en cadena de todo el sistema defensivo del Dépor, al que se sumó un precipatado Lux. Asunto resuelto.

El planteamiento

Un Dépor preocupante

El Madrid no había necesitado más que tirar de la calidad y aprovechar los errores de un Deportivo más aparente que real, más valiente que inteligente. Porque el conjunto coruñés tuvo más apariencia que realidad. Con un planteamiento con mucha gente por delante del balón facilitó el trabajo a un Real Madrid que nunca necesitó bajar a las trincheras para golpear con saña cada vez que merodeó la portería de Lux: apeló al talento y a exprimir los errores de un sistema defensivo endeble. A Víctor Fernández le queda un largo camino para ensamblar un grupo de aceptables peloteros que todavía no mezclan.

La zaga

Un colectivo sin coordinación

Debutó Diakité y se sumó al desbarajuste defensivo, sobre todo en la segunda parte. Suyo fue uno de los groseros errores de una tarde que, pese a todo, fue más calamitosa en el orden colectivo. A medio gas, como si se tratara de un rondo, el Madrid encontró las vías de agua para firmar su mayor goleada lejos del Santiago Bernabéu. Un festín al que colaboró la descoordinación de la pareja de centrales y las dificultades de Luisinho. Difícilmente el Real Madrid se encontrará tan escasa oposición a lo largo de la temporada.

Creación

Solo pinceladas e incapaces de frenar el aluvión blanco

Repitió el Dépor con Bergantiños y Mendunjanin. Las dificultades del primero para iniciar el juego colaboraron en alguno de los goles rivales; el segundo trato de dar coherencia al juego de un equipo horroroso en la transición defensiva, hasta que bajó definitivamente los brazos. Unas cuantas pinceladas de Fariñas y de Cuenca fueron de lo poco rescatable de un Dépor para olvidar.

La grada

Sobresaliente

El Dépor abandonó Ipurúa sin resuello. Ayer, ni siquiera el aliento de una grada sobresaliente tapó unas carencias que solo pueden aparecer en duelos sin mayores consecuencias. Otro asunto es el efecto anímico de una derrota tan dura.