Brasil gana a Serbia en un partido de locos

Manuel Blanco GRANADA / ENVIADO ESPECIAL

DEPORTES

Jorge Zapata

La selección verdeamarela apabulló a los balcánicos en la primera mitad, perdió 16 de renta y remontó siete puntos en el último cuarto

03 sep 2014 . Actualizado a las 22:26 h.

Brasil acumuló una victoria vital para sus aspiraciones en este Mundial al derrotar a Serbia en un partido de muchos quilates. La selección de Rubén Magnano se paseó por el alambre en Granada. Tuvo el triunfo en su mano en la primera mitad, en la que llegó a tener 16 de renta, se dejó remontar en la segunda parte y le devolvió la moneda a los balcánicos al recuperar siete puntos a falta de cinco minutos para el final del encuentro. Un partido de locos.

El seleccionador serbio sorprendió al poner de salida en pista un quinteto muy grande con Bjelica de tres. Djordjevic afrontaba con esas armas el reto que supone la dinamita carioca en la pintura. Raduljica y Stimac se pusieron el traje de faena e intentaron percutir una y otra vez en la zona. El caso es que los grandes serbios no son los hermanos Gasol, por lo que Varejão y Splitter impusieron su ley. En ataque, los de Magnano lograron una fluidez que agrietó la defensa serbia. 4-12 para Brasil y Krstic a cancha con solo siete minutos acumulados en los tres partidos anteriores.

El nuevo pívot del Efes no está fino porque arrastra molestias en la rodilla, pero es lo mejor que tiene su entrenador para combatir el poderío en la pintura de su rival. No se equivocaba el técnico. Saltó a la pista y en tres jugadas, sumó tres acciones positivas: una canasta, un rebote ofensivo y envió a Splitter al banquillo tras forzar su segunda falta.

Magnano movió entonces ficha y puso en escena a Nené. Hilario tiene un punto Guadiana. Aparece y desaparece con pasmosa facilidad. Durante unos minutos tocó la de arena y sembró el pánico. Secó a Krstic, puso tres tapones y anotó cinco puntos en apenas dos minutos. Mucha categoría. Brasil seguía por delante al término del primer cuarto: 16-23.

En la reanudación, la verdeamarela estiró aún más el marcador con los mismos cimientos: sólida defensa y mucho movimiento en ataque. Contó además con la aportación de un inspirado Leandrinho, que con cinco puntos casi consecutivos puso a su equipo 12 por delante (19-31) con tres minutos jugados.

Serbia no encontraba soluciones y su entrenador empezó a improvisar. Colocó a dos cincos en pista (Krstic y Raduljica) para ganar solidez dentro, pero de poco le sirvió. Brasil seguía en sus trece, amargando la tarde de su rival con mucho acierto en el tiro exterior. Los balcánicos, cualquiera lo diría hace 15 años, están algo tiernitos en la pintura. En ese escenario, la diferencia se estiró al final de la primera mitad hasta los 16 puntos: 32-48.

El conjunto de Magnano regresó a la cancha con el mismo libreto. Varejao, listo como el hambre, vio que Bircevic no era rival para él y le endosó dos canastas seguidas y le sacó la quinta. Serbia, no obstante, ya no era la misma del primer tiempo. Su entrenador dio al fin con la tecla y el equipo entró en el partido. Con tres pequeños en cancha (Teodosic, Markovic y Bogdanovic), subió varias marchas su nivel atrás y ahogó a Marcelinho primero y a Neto después. Las distancias se estrecharon: 53-55 con seis minutos del tercer cuarto jugados. La populosa afición balcánica rugía con su equipo.

Dos tiros libres de Raduljica, otros dos de Bjelica y dos más de Jovic voltearon el marcador y dieron cuatro de ventaja a los serbios. La pájara de Brasil era de campeonato. La fórmula de los tres pequeños estaba haciendo trizas a los cariocas. Serbia se fue con de ventaja al parcial definitivo. Magnano no lo tenía nada claro.

Apretando las líneas de pase y multiplicando las ayudas, los balcánicos dieron un arreón. En once minutos, Brasil solo había anotado doce puntos. Su rival, 32. Serbia irrumpió en el parcial definitivo muy fina en el tiro y se fue de siete: 60-67. La verdeamarela no es, en todo caso, un equipo cualquiera y ocho puntos seguidos de Marquinhos -pero qué hará este chico jugando en su país con la calidad que atesora- los metió en el ajo. Las espadas estaban en todo lo alto.

La pájara asaltó entonces a los serbios. Cinco minutos sin anotar y la hinchada balcánica atacada. Marquinhos se mantuvo en modo tormenta y Brasil cogió aire (67-70) con cuatro minutos por jugarse. La tensión flotaba en el ambiente. En Granada todo el mundo quiere evitar a Grecia o Argentina en el cruce de octavos y por eso la victoria era crucial.

Splitter dio a su equipo cinco de ventaja a falta de dos minutos y medio y encarriló la victoria de los cariocas. Por si fuera poco, Raduljica falló tres tiros libres seguidos. Serbia había remado lo suyo y estaba a punto de morir en la orilla. Teodosic alimentó las esperanzas balcánicas en el último minuto con un triple, pero en la siguiente jugada, Marquinhos (quién sino) le devolvió la moneda. El triunfo era brasileño.

73 Serbia. Cinco inicial: Markovic (10), Bjelica (8), Bogdanovic (8), Stimac (2) y Radulijca (11); Teodosic (14), Simonovic (3), Kalinic (-), Jovic (2), Krstic (7), Katic (-) y Bircevic (8).

81 Brasil. Cinco inicial: Huertas (6), Barbosa (16), Marquinhos (21), Splitter (10) y Varejao (4); Machado (-), Neto (2), Hettsmeier (-), Taylor (2), García (6), Nené Hilario (7) y Giovannoni (7).