El centrocampista fue el mejor en Niza y, salvo sorpresa, se queda en el Barça tras comunicar su adiós
03 ago 2014 . Actualizado a las 21:50 h.«La gente del staff técnico me ha dicho que Xavi Hernández está en su mejor versión, tanto física como mentalmente, y nos va a ayudar mucho». La frase de Luis Enrique al término del Niza-Barça (1-1) revela que el centrocampista le ha dado la vuelta definitivamente a su situación, pasando de anunciar su marcha del club durante el Mundial a convertirse en el mejor jugador azulgrana en el segundo amistoso de la pretemporada, autor incluso del gol de penalti. Ahora ya nadie duda de que se va a quedar para cumplir los dos años de contrato que le quedan, por lo menos uno, aunque han pasado tantas cosas en el último mes que pocos se atreverían a poner la mano en el fuego para certificarlo.
Xavi Hernández, de 34 años y contrato hasta 2016, afrontó el Mundial de Brasil esperanzado en volver a sentirse importante y decisivo. La suplencia en el decisivo Barça-Atlético (1-1) que le costó la Liga a su equipo le hizo mucho daño anímico. Y ese dolor lo volvió a sentir en el España-Chile (0-2) que supuso la eliminación anticipada de la vigente campeona. Xavi lo vivió desde el banquillo pagando los platos rotos del 5-1 de Holanda. El Tata Martino y Vicente del Bosque le dejaron muy tocado. No estaba acostumbrado a perderse finales estando en condiciones de jugar.
Paralelamente, la rueda de prensa de presentación de Luis Enrique le creó dudas. El nuevo entrenador azulgrana fue muy frío y ambiguo cuando le preguntaron por el futuro de Xavi: «Hablaremos con él después del Mundial». El de Terrassa se quedó sorprendido de que el técnico asturiano, que antes fue su compañero, fuera mucho más enérgico para pedir la continuidad de Mascherano, incluso afirmando que lo veía con condiciones de capitán
Las sensaciones deportivas, entre unas cosas y otras, no eran buenas y Xavi decididó escuchar ofertas pensando ya en un futuro dorado. Los primeros contactos con un par clubes de Catar (Al Arabi y Al Saad) y otros dos de la MLS (New York City y New York Red Bulls) le sirvieron para comprobar que su nueva vida sería rentable.
Sin embargo, echando mano a la calculadora, recordó que sus dos últimos años de contrato en el Barça eran los mejor pagados. Y ni siquiera un contrato de tres temporadas en Catar igualaba lo que cobraría en el Camp Nou. Pidió al club azulgrana una compensación, una especie de liquidación.
Y algo de eso hubo, pero al final las matemáticas le aconsejaron seguir en el Barça. Xavi, que horas antes de aquel España-Australia del Mundial que vivió en zapatillas en el banquillo comunicó su decisión de abandonar el Barça vía whatsapp a directores y periodistas de varios medios de comunicación de Barcelona, piensa ofrecer esta semana una rueda de prensa para explicar un cambio de rumbo que hace siete días todavía estaba a punto de producirse. Pero si se queda, por dinero, por justicia deportiva o por lo que sea, una cosa está clara: el Barça y el fútbol salen ganando.