Ferreiro, el mecenas del Lemos

luis conde MONFORTE / LA VOZ

DEPORTES

19 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con el fallecimiento de Manuel Rodríguez «Ferreiro» el Club Lemos pierde a un gran socio. Más de cuatro décadas dedicó el expresidente a la entidad monfortina, en la que ejerció de utillero, portero, delegado y directivo. En una de sus últimas entrevistas a La Voz de Galicia, Ferreiro recordaba que su primer contacto con el club fue a los quince años, cuando se dio de alta como socio.

Fue en el año 1962 cuando entró a formar parte de la junta directiva, pero antes fundó la peña más longeva que tuvo el Lemos, que se denominó do Corno y do Casar. Su dedicación al equipo monfortino fue total, y esa circunstancia le permitió gozar de la confianza de muchos presidentes.

Trabajó con estos rectores de la entidad: Manuel Barrientos, Antonio Rodríguez «O Páxaro», Ramón Toledo, José Martínez López, Antonio Varela, Juan Carlos Rodríguez y José Antonio Díaz. Después ejerció de presidente, y bajo su mandato el equipo logró el éxito deportivo más importante de los últimos años: disputar la fase de ascenso a la Segunda B.

Manolo Ferreiro se convirtió en el auténtico mecenas del Club Lemos, ya que en momentos difíciles siempre hizo aportaciones totalmente desinteresadas, que nunca reclamaba. Todos los que lo conocían coinciden en señalar que trataba a la entidad como el hijo que nunca tuvo.

Sus recuerdos

Cuando se le preguntaba por los mejores recuerdos que tenía del Lemos, Ferreiro señalaba la fase de ascenso a Segunda B, la eliminatoria de ascenso a Segunda A que el equipo disputó en Torrelavega y la presencia de Alfredo di Stéfano con el Rayo Vallecano en el campo Luis Bodegas en la copa en el año 1975.

Los peores momentos que vivió como aficionado y socio lemista fueron los descensos a la Preferente Autonómica y a la Primera Autonómica, así como la desaparición de personajes históricos y que marcaron una época en el club. En el apartado de entrenadores, Ferreiro ensalzó las figuras de Fuertes, Francis, Rafael Franco y el Tigre. En el capítulo de jugadores destacó a Domínguez, Juanín, Roberto, Perla, Cabiño y Lolín. Calificaba al Lemos como un trampolín de futbolistas para los clubes de élite.

Se hizo socio del club a los quince años, y entró en su junta directiva en la campaña 62/63