Vettel se conformó hoy con la octava plaza en la tabla de tiempos, a casi nueve décimas del crono de Lewis y justo delante de Alonso, a poco menos de un segundo del inglés. Que intentará aguarle otra fiesta a Rosberg, que, recién casado, recién renovado y celebrando aún -con casco alusivo- el triunfo de su selección en el Mundial de fútbol, desea que no deje de sonar la música.
Como es habitual los viernes, se probaron distintos reglajes y el comportamiento de los neumáticos, de compuestos blando y superblando, con el que se lograron los mejores tiempos del día.
Lo seguirán haciendo mañana en el último ensayo libre, previo a la calificación, que ordenará la formación de salida de la carrera del domingo, prevista a 67 vueltas -306,4 kilómetros- que decidirán el ganador de la sexagésima primera edición del Gran Premio de Alemania, la trigésima cuarta en Hockenheim.
En el que a los cuatro triunfos de Schumacher sólo se aproximan los tres logrados por otras leyendas del automovilismo como el quíntuple campeón mundial argentino Juan Manuel Fangio, el escocés Jackie Stewart y los brasileños Nelson Piquet y Ayrton Senna -todos ellos con tres coronas-. Y, por supuesto, Fernando Alonso.
El doble campeón mundial asturiano, que también lo hizo en 2005 con Renault, es triple ganador en Hockenheim. Una de sus pistas 'talismán'. En la que más veces venció, junto a Sakhir (Bahrein) y Sepang (Malasia).