Lo mejor para el fútbol

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

14 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Mundial podrá ser recordado por la victoria de una gran selección. No habría sido injusto un triunfo argentino, porque merecieron quizás tanto como sus oponentes, pero a lo largo del campeonato su mayor mérito habría sido ganar la final. En el resto de los partidos, Argentina rozó la indigencia futbolística. Pero así son los misterios de este juego, en el que ser mejor, haber jugado más y tener argumentos más poderosos, no garantiza nada, y menos ante un grupo de competidores natos como siempre son aquellos que visten la albiceleste.

La angustiosa victoria germana hizo justicia al desarrollo del torneo. Y a un ciclo alemán que, de la mano de Joachim Low y un grupo de magníficos futbolistas, han rozado la gloria en todas las grandes citas desde el 2008. Son buenos, compiten y juegan bien. Su triunfo, llorado en Argentina lógicamente, es un gran mensaje para el planeta fútbol, que seguirá teniendo un modelo a imitar que entiende el juego no solo desde el prisma ineludible del triunfo, sino desde el respeto a la belleza de un juego coral en el que prima el talento de los jugadores por encima de los excesos tácticos y de la destrucción del rival.

Alemania no fue ayer demasiado mejor que la tropa del Jefecito, sin duda el alma de la albiceleste muy por encima del decepcionante Messi. Nadie destacó especialmente por encima del resto, porque como ha sucedido a lo largo de los últimos años, en la selección de Low se reparten el protagonismo los Neuer, Lahm, Kroos, Schweinsteiger, Muller, Khedira, Ozil y hasta el eterno Klose. Solo al final, emergió la figura de Gotze, como hace cuatro años Iniesta hizo con España, para dar a su equipo la Copa del Mundo.

Pudo ganar cualquiera. Ganó Alemania. España tiene una digna heredera. El fútbol tiene un gran campeón.