Alemania, un campeón fruto de la fe y la paciencia

Miguel Álvarez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

MICHAEL DALDER

Alemania regó un estilo y el talento durante una década para recolectar el título mundial

14 jul 2014 . Actualizado a las 19:32 h.

Cuarto título para Alemania. La selección de Joachim Löw se reencontró con la gloria después de imponerse en una final agónica. Pero fue el justo vencedor del Mundial de Brasil. Un conjunto fiel a sus ideas que ha crecido de manera imparable en los últimos años. Contra Argentina, fue capaz de adaptarse al nivel de dureza ofrecido por la albiceleste y de romper una defensa que había permanecido inmaculada a lo largo de la segunda fase.

¿Cuál es su filosofía?

La Mannschaft se ha alejado de sus ritos más tradicionales. Desechado el fútbol físico, ha incrementado la apuesta por el toque, la posesión y el talento. Posee individualidades destacadas en la parcela ofensiva. Además, intenta presionar a sus rivales en la zona de creación para construir contraataques cortos.

¿Qué sistema ha utilizado?

Joachim Löw ha apostado una vez más por un 1-4-3-3. En un principio, ubicó a Müller como falso nueve, pero, finalmente, depositó la confianza en punta el veterano Klose. Le gustan mediocentros que cubran mucho campo. Y el portero Neuer ha sido un seguro de vida en el entramado defensivo.

¿Quién ha sido la figura?

Thomas Müller ha vuelto a demostrar que le gustan los mundiales. Trabajador incansable, posee desborde y una enorme movilidad. Genera espacios para desatascar el ataque y, además, posee olfato realizador.

¿Qué influencia ha tenido el entrenador?

Joachim Löw ha desarrollado a rajatabla el ideario que introdujo en el combinado germano cuando era ayudante de Klinsmann. Tiene fe ciega en futbolistas como Özil, Khedira o Kroos. Pero no reniega de la vieja guardia, de la que mantiene en roles protagonistas a Lahm, Schweinsteiger y Klose. Valiente a la hora de apostar por jugadores jóvenes, protege a su equipo con un halo de tranquilidad.

¿Qué ideas le han influido?

Alemania aspira a ser la sucesora de España en cuanto a estilo y, si fuese posible, en títulos. El equipo de Aragonés y, posteriormente, Del Bosque ha sido la imagen a la que la Mannschaft desea mirarse.

¿Quién ha sido el líder del equipo?

Varios futbolistas gozan de galones en el conjunto de Joachim Löw. Los veteranos Lahm o Schweinsteiger son respetados. Pero ha sido el portero Manuel Neuer el que, en muchas ocasiones, ha empujado a la locomotora alemana hacia el título. Concentrado de manera permanente y en un gran momento de forma, el guardameta ha transmitido confianza y seguridad a sus compañeros.

¿Han aparecido actores secundarios?

Si de algo puede presumir Alemania es de disponer de un arsenal interminable de actores secundarios. Schurrle, Hummels, Khedira o Klose han aparecido para aportar su granito de arena al equipo. También, cómo no, Götze, autor del tanto que valió el título. Y, en la recámara, se han quedado el lesionado Reus o un Özil lejos de su mejor versión.

¿Cuáles fueron las armas defensivas?

Al conjunto alemán le gusta adelantar la línea de presión. Sus mediocentros acaparan mucho espacio y eso entorpece las maniobras de los rivales. Uno de los talones de Aquiles de la Mannschaft radica en la lentitud que pueden exhibir sus centrales en caso de que les ganen la espalda. Por ello, la labor del portero Neuer como falso líbero fue esencial en algunos lances del campeonato.

¿Qué argumentos exhibió en ataque?

Alemania puede presumir de haber sido el mejor equipo del torneo también en términos de calidad ofensiva. Realizó algunas exhibiciones, como ante Portugal o Brasil, en base a la circulación rápida de balón, el aprovechamiento de las bandas y el buen golpeo de balón de sus trescuartistas. La posesión es el oxígeno de los germanos, que cuentan con un amplio elenco de individualidades capaces de marcar goles.

¿Cuál fue el ambiente del equipo?

Alemania llegó a Brasil con hambre y, a pesar de que propinó algunas palizas sonoras en el camino hacia la final, no se emborrachó en su propio éxito. Gestionó las victorias contundentes con humildad y siempre mostró personalidad y fe en su filosofía de juego. Curtida en anteriores reveses, paladeó al fin el éxito.