Batalla de estilos bajo los palos

Miguel Álvarez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El alemán Neuer es el portero total, mientras que al argentino Romero lo blinda la defensa

12 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Uno de los objetivos de Alemania y Argentina en la final que disputarán mañana radicará en mantener la puerta a cero. La albiceleste lo ha conseguido en todas las eliminatorias hacia el partido decisivo, mientras que la Mannschaft lo ha logrado en la mitad de los encuentros disputados en Brasil. Manuel Neuer y Sergio Romero son los guardametas de ambos combinados. Los dos sueñan con firmar una tarde perfecta que les impulse hacia la gloria.

Para muchos, Neuer es el mejor portero del Mundial. Lejanos parecen los compromisos en que el jugador forjado en el Schalke 04 pecaba de irregular. Atento a todas las acciones de peligro de los rivales, en muchas ocasiones se ha convertido en el líbero del combinado de Joachim Löw. Y además ha realizado varias intervenciones felinas.

En el encuentro de semifinales contra Brasil, Neuer encajó un tanto cuando Alemania mandaba por 0-7. Y no pudo disimular su enfado con la zaga, a la que ya había pedido más atención en lances anteriores. Solo Ghana fue capaz de perforar su portal en más de una ocasión, mientras que Portugal, Estados Unidos y Francia se estrellaron de frente contra su figura.

Sergio Romero es el inquilino de la portería argentina. Su contribución a la albiceleste no llamó la atención en los cinco primeros compromisos. Su equipo no suele conceder demasiadas ocasiones.

No obstante, su momento de gloria llegó en la semifinal contra Holanda. Después de que la prórroga acabase con empate a cero, Romero se erigió en protagonista. Le detuvo dos penaltis a los oranje y catapultó a Argentina a su primera final en 24 años.

Romero fue campeón olímpico con la albiceleste en los Juegos de Pekín. Poco antes había conocido a Eliana Guercio, su esposa.

En la tanda de penaltis contra Holanda, el portero argentino realizó un ritual que casi nadie acertó a adivinar. Este incluía la lectura de una especie de chuleta. Su esposa, en un espacio televisivo, explicó el comportamiento: «Cada vez que paraba una pelota, le daba un beso al guante izquierdo. Lo que hacía era besar la alianza. Después, el papelito que leía, lo escribí yo al mes de conocerlo, cuando él estaba en Pekín. Cuando se iba, le escribí un mensaje lindo, deseándole lo mejor del mundo. Ese papelito lo conserva y cada vez que nos pasa algo importante lo tiene. En el 2008 le dio suerte, porque salieron campeones».