... Y Argentina explota el tremendismo

Miguel Álvarez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Entre dudas y sin brillo, la albiceleste confía su destino al rigor defensivo y a sus individualidades

11 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El camino de Argentina hacia la final del Mundial ha sido tortuoso, con algunos baches pronunciados. Pero la senda ha desembocado a las puertas del tercer título. Llega la gran oportunidad de Messi, que sueña con levantar la copa. Y pese a que no los sudamericanos han ofrecido un fútbol de alta escuela, sí que le han dado una vuelta de tuerca a sus prestaciones defensivas para avanzar en el torneo. No han encajado ningún gol durante las eliminatorias. Y, desde esa base, siempre aguardan el momento para que las individualidades propinen un fogonazo.

Bosnia (2-1)

Cambio de sistema para potenciar a Messi

Argentina inició el Mundial con buen pie. A los dos minutos de campeonato, un gol en propia puerta del bosnio Kolasinac allanó el camino para el combinado de Sabella. A pesar de todo, el conjunto europeo metió en apuros a una albiceleste que se vio obligada a variar el sistema. Con un 1-4-3-3, todo fue más sencillo para Messi. Los sudamericanos ampliaron diferencias, pero acabaron sufriendo en el tramo final del choque.

Irán (1-0)

Fútbol ramplón antes de un éxito sobre la campana

Argentina defraudó en la segunda comparecencia. Superó a Irán por la mínima. Eso sí, el gol de Messi subió al marcador en el minuto 91, cuando todas las alarmas del conjunto de Sabella se habían encendido. Los persas, mucho más sacrificados y disciplinados que la albiceleste, sufrieron un duro castigo. La calidad individual resultó determinante.

Nigeria (3-2)

La versión que muchos auguraban

La selección de Sabella cerró la primera fase con un triunfo ajustado frente a Nigeria. Ofreció la versión que muchos auguraban antes del Mundial. Con un elenco de grandes individualidades en la parcela ofensiva, la albiceleste tomó la delantera hasta en tres ocasiones. Messi, por dos veces, y Rojo fueron los autores de los goles. Pero los africanos desnudaron las carencias de los sudamericanos en la retaguardia. Los mediocentros argentinos no fueron capaces de gestionar el choque y la defensa zozobró.

Suiza (1-0)

El día de la agonía y el antídoto de Di María

Argentina recorrió la senda del padecimiento en octavos. Suiza, ordenada y con la idea fija de anular a Messi, planteó un partido muy serio. Los minutos se fueron consumiendo hasta que se llegó a la prórroga. Entonces emergió de manera majestuosa la figura de Ángel Di María. El Fideo corrió más que nadie y, a falta de tres minutos para la conclusión, envió a la red el balón que se convertía en el pasaporte hacia la siguiente fase. Aun así, los helvéticos hicieron tiritar a los de Sabella hasta la conclusión. Dzemaili envió un remate al palo con el tiempo cumplido.

Bélgica (1-0)

La actuación más completa

Un Higuaín que desprendió energía por todos los poros y un equipo muy serio en la contención desarbolaron de un plumazo a Bélgica en cuartos de final. La talentosa selección europea se ahogó en la maraña desplegada por Sabella, en la que todos los jugadores trabajaron a destajo en pos del beneficio colectivo. Un tempranero tanto de Higuaín potenció la autoestima de una albiceleste que apenas sufrió.

Holanda (0-0)

Supervivientes a la semifinal del miedo

En un duelo de muchísimas precauciones, sin profundidad, el músculo le ganó la partida al talento. Argentina se impuso a Holanda en la tanda de penaltis después de ofrecer una versión grisácea. Y empezaron a llamar a la puerta de Alemania.