Velasco Carballo, candidato a arbitrar la final del Mundial

I. Tylko / Colpisa

DEPORTES

DIEGO AZUBEL

La FIFA avala el arbitraje del madrileño en el Brasil-Colombia

08 jul 2014 . Actualizado a las 00:45 h.

La Federación Española de Fútbol celebró que el colegiado madrileño Carlos Velasco Carballo y sus dos asistentes, Roberto Alonso Fernández y Juan Carlos Yuste, hayan pasado el corte mundialista y estén entre los candidatos a dirigir la final del Mundial de Brasil 2014 que concluye el próximo domingo en Maracaná. La comisión de árbitros de la FIFA ha dado por buenas las actuaciones del representante español en los tres partidos que ha dirigido hasta la fecha: el Uruguay-Inglaterra y el Bosnia-Irán de la primera fase, y sobre todo el polémico Brasil-Colombia de cuartos de final.

Que continúe Velasco Carballo y, que a su vez, no haya sido sancionado el defensa Camilo Zúñiga por el rodillazo que le provocó a Neymar la fractura de una vértebra, avalan su arbitraje. El trencilla madrileño ni siquiera amonestó al jugador colombiano del Nápoles en esa acción. La comisión disciplinaria de la FIFA «lamentó profundamente la lesión» de la estrella brasileña, pero interpreta que no cabe sanción a Zúñiga porque esa jugada ya fue pitada en el terreno de juego. También dejó sin efecto el recurso de la Confederación Brasileña en el que pedía retirar la amarilla a Thiago Silva, amonestado por impedir el saque del portero Ospina.

Velasco fue muy criticado por los colombianos por entender que permitió excesiva dureza y faltas tácticas de los anfitriones, sobre todo con James Rodríguez como víctima. Entienden que puso el listón de las amarillas muy alto y facilitó así el trabajo a una selección anfitriona que cometió más de 30 faltas. «Para el próximo partido, acuérdense de llamar al árbitro porque hoy no vino», afirmó el ausente Radamel Falcao. «El árbitro no ayudó mucho», convino Jamés, todavía con lágrimas en los ojos.

Sigue Nishimura

Pero hay mucho más en las decisiones adoptadas por el suizo Massimo Busacca, responsable arbitral de la FIFA. Siguen el liza el japonés Yuichi Nishimura a pesar de su calamitosa actuación en el partido inaugural entre Brasil y Croacia, donde Fred teatralizó tras un leve toque de Lovren y el nipón señaló un penalti decisivo. Lo más comentado de todo es la designación del mexicano Marco Rodríguez para pitar la gran semifinal de Belo Horizonte entre Alemania e Inglaterra. El azteca fue quien dirigió el duelo de la primera fase entre Italia y Uruguay y no observó nada punible en el mordisco de Luis Suárez a Giorgio Chielini que luego le ha costado al uruguayo nueve partidos de sanción con su selección, cuatro meses de inhabilitación y una multa de más de 82.000 euros.

Aunque sólo han sido enviados de vuelta a casa 10 de los 25 tríos arbitrales seleccionados para la Copa del Mundo, estas decisiones generan suspicacias. En una directiva secreta, la FIFA habría conminado a los árbitros a evitar en la medida de lo posible el uso de cartulinas amarillas durante el Mundial, según informaciones que publica Bild. Eso habría llevado a que los partidos se les vayan de las manos a los árbitros. Esta información ha sido desmentida por la FIFA.

El recuerdo de Sandor Puhl

La continuidad en el Mundial de jueces que no han castigado el juego violento refresca la memoria de lo ocurrido Mundial de Estados Unidos'94, en concreto en aquel choque de cuartos de final que España perdió ante Italia (2-1) en Boston. El húngaro Sandor Puhl no se enteró del codazo de Mauro Tassotti a Luis Enrique que debió ser penalti y expulsión, y le partió el tabique nasal al asturiano. Y, como premio, recibió la noticia de que dirigía la final del Mundial que enfrentó a Italia y Brasil en el Rose Bowl de Pasadena (California). Aquella decisión provocó un enconado enfrentamiento entre el brasileño Joao Havelange, entonces mandamás de la FIFA, y el italiano Paolo Casarin, presidente de los árbitros italianos y miembro del comité de selección del organismo internacional que acabaría relegado de esta función.