Grandes noticias para el tenis desde el All England Club

Fernando Rey Tapias LA PIZARRA

DEPORTES

05 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo que ha sucedido en este Wimblendon son grandes noticias para el tenis. Ver a dos jugadores jóvenes como el búlgaro Dimitrov y el canadiense Raonic asomarse a unas semifinales de un grand slam puede ser un paso enorme para la nueva generación, aquella que aspira a romper la tiranía a la que cuatro sobresalientes jugadores (Nadal, Federer, Djokovic y Murray) han sometido al mundo de la raqueta durante casi una década. En el caso de Dimitrov le servirá, sobre todo, para rearmarse moralmente. Con un talento enorme, las expectativas sobre su figura siempre fueron las más elevadas. De hecho, se le ha señalado como el sucesor de Federer por el amplio repertorio que maneja cada vez que salta a la pista. Sin embargo, parecía que nunca acabaría de despegar. Por eso, haber accedido a la penúltima ronda espero que lo lleve a convencerse de que tiene juego para estar en lo más alto y de que ya debe plantear batalla en escenarios superlativos.

Menos esperanza irradian Raonic o Nick Kyrgios, el verdugo de Nadal. Porque apoyan todo su arsenal sobre un saque excepcional, un arma que se puede exprimir sobre la hierba del All England Club, pero no tan efectiva durante otros torneos. De todos modos, el desparpajo con el que ambos disputaron sus partidos, sin miedo a cualquier contrincante, con el apetito de la victoria presente, también resultó aleccionador. Podrían limitarse a cubrir el expediente y prefirieron pelear por la gloria. No solo les ayudará a ellos en el futuro, también será un interesante ejemplo para quienes ya pelean por sucederles.

Y, por otro lado, está Federer. Descomunal durante todo el torneo. Mostrando un tenis exquisito, al alcance de muy pocos. Acorde con su historia. Se había comentado después de Roland Garros que le faltaba hambre de títulos, que con su nueva paternidad sería difícil verlo otra vez cerca de los mejores. Pero el suizo ha vuelto a ser un bailarín, arropado por el público de la capital británica ha recobrado su versión más preciosista. Ahora se verá las caras con Djokovic y estoy seguro de que tiene muchas opciones de sumar su octavo entorchado bajo el cielo de Londres. Es cierto que con la hierba ya desgastada, al serbio, acostumbrado a defenderse con una elasticidad magnífica, le será algo más sencillo detener a este gran Federer.