La actuación de los Bleus convence a un país aún herido por pasados escándalos
06 jul 2014 . Actualizado a las 00:43 h.La revolución impulsada por Didier Deschamps en la selección francesa se apagó en los cuartos de final del Mundial de Brasil, pero el técnico elogió a su equipo y consideró que jugó de igual a igual con Alemania. «No hay una gran brecha. Neuer tuvo un muy buen partido y eso fue importante. La aventura termina aquí, pero jugamos a un nivel muy alto a lo largo del torneo», sostuvo tras la derrota por 1-0 en el Maracaná.
Deschamps esperaba llegar más lejos en su primer Mundial al frente de una Francia a la que logró cambiarle la cara. Pero la actuación del equipo le dejó sensaciones esperanzadoras, lejos en cualquier caso de las pésimas sensaciones de Sudáfrica. «Hay un grupo que nació en la clasificación contra Ucrania (en la repesca europea). Hay materia para el futuro. Si bien es dura la eliminación, hay que quedarse con lo positivo. Estoy muy orgulloso de lo que lograron dentro y fuera de la cancha», insistió Deschamps, que tomó duras decisiones como prescindir de Nasri en aras de la armonía del vestuario.
La juventud fue la mayor ventaja y la principal debilidad de Francia en el Mundial. Nueva estrellas como Paul Pogba o Raphael Varane brillaron a lo largo del torneo, pero se vieron superados por una Alemania experimentada. Varane fue uno de los responsables del gol alemán al verse superado en el área por Mats Hummels, que cabeceó a la red un centro en el minuto 12. Todo un símbolo de una Alemania más confiada y agresiva que Francia.
Acaso la ausencia más significativa en el decisivo partido fue la de Karim Benzema, durante todo el torneo erigido en el líder de la nueva Francia construida sobre las cenizas del equipo que dejó Sudáfrica 2010 humillado dentro y fuera de la cancha. El delantero del Real Madrid sólo entregó un pase bien en la primera mitad y, si bien en la segunda estuvo más activo, no llegó a desequilibrar. En el último minuto tuvo el empate con un bombazo tapado por el infalible Neuer.
Otros dejaron mejor imagen. Antoine Griezmann fue tal vez el mejor de los franceses y durante todo el partido generó problemas en el área germana. Terminó llorando desconsolado entre los alemanes que festejaban la victoria. «Tenía que ser disciplinado y lo fue. La actuación de Antoine en el segundo tiempo fue aun mejor, pidió todavía más la pelota», lo elogió Deschamps. «No tenemos tanta experiencia internacional como Alemania, cuyos jugadores han jugado tantos campeonatos. Pero estoy orgulloso de los jugadores y de lo que han hecho», analizó el técnico.
Elogios en la prensa
Las sonrisas se impusieron a las lágrimas pese a la eliminación en cuartos de final. Francia devolvió a los aficionados galos la alegría por el fútbol y la juventud de la plantilla invita a pensar en grandes metas para la Eurocopa que organizarán los Bleus en el 2016. «La ilusión por el fútbol regresó», señaló Liberation. La ministra de Deportes francesa, Najat Vallaud-Belkacem, cree que la fiebre por el fútbol seguirá creciendo los próximos meses con los preparativos para la Eurocopa del 2016. «Será una fiesta popular enorme», profetizó Vallaud-Belkacem. Francia tiene «una joven escuadra con mucho potencial que luchó hasta el final», agregó.
También el diario Le Parisien enfatizó que pese a la amarga derrota, el equipo vuelve a ser un «sinónimo de esperanza y de una nueva época».
«El verdadero talento de la selección es formar una unidad», aseguró el periódico regional La Montagne. «La 'tricolor' es otra vez un equipo competitivo», agrega.
Según Le Monde, para los franceses, Alemania no es sólo un adversario deportivo, sino también un rival constante, que gana por diferencia en muchos sectores: «crecimiento, empleo y comercio exterior». «Pese a la renovada ilusión francesa la eliminación deja un sabor amargo a la selección de Didier Deschamps», añadió L'Equipe.