Mundial 2104: Francia-Alemania, la verdadera pegada de dos grandes

Paulo Alonso Lois
PAULO ALONSO LOIS REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

La revitalizada Francia encara un reto mayúsculo ante una Alemania con siete jugadores griposos

04 jul 2014 . Actualizado a las 18:36 h.

Entrenadores, preparadores físicos, psicólogos, médicos, fisioterapeutas, recuperadores, analistas, cocineros, intérpretes... Las selecciones estiran el cuerpo técnico, la corte que rodea a los futbolistas y al final, la víspera de los cuartos de final ante Francia (Maracaná, 18.00), Alemania se estresa por culpa del aire acondicionado. Siete de sus jugadores estaban ayer aquejados por una gripe que, en todo caso, no debería cobrarse bajas, ni de jugadores clave como Muller ni de suplentes como Kramer, que no entrenaron el miércoles. No se sabe nada más. El seleccionador, Joachim Low, ni siquiera quiso revelar la identidad de los aquejados de un proceso que ya apartó a Hummels del partido de octavos ante Argelia y lo mantiene como duda. «Todos tienen un dolor de garganta a causa del aire acondicionado, pero también ha afectado tanto viaje y las diferencias de temperatura que sufrimos», explica el entrenador. De hecho, la única baja es la de Mustafi, por una lesión muscular que lo descarta para el resto del Mundial.

Desde la defensa hacia el éxito

Llegan Francia y Alemania a Maracaná, kilómetro cero del fútbol brasileño. Notables hasta ahora, buscan el sobresaliente para acceder a semifinales. Y la lectura de una y otra se distorsiona por su pasado reciente. La selección del gallo venía de una etapa calamitosa y su resurgir envuelve en euforia todo cuanto hace después de enfrentarse a rivales que no pasan de meritorios, como Honduras, Suiza, Ecuador y Nigeria. Por eso se enfrenta hoy a la verdadera prueba con un par de dudas, la presencia de Pogba o Sissoko en el centro del campo y la elección entre Griezmann y Giroud para la delantera.

La efervescente Francia se ha revestido de fiabilidad. Terminó imbatida en seis de sus ocho últimos partidos. Y no perdió ninguno. En ataque el talento termina aflorando con Valbuena, Giroud, Griezmann -revulsivo ante Nigeria- y Benzema.

El banquillo de Francia funciona como hilo conductor con la selección campeona mundial en 1998. Perro viejo, el seleccionador Didier Deschamps, traslada la presión al rival: «Si había una selección que figuraba entre las favoritas al comienzo del Mundial, era Alemania. Están acostumbrados a este nivel de exigencia y están haciendo una excelente Copa del Mundo», despeja.

El combinado germano acaparó tantos elogios en la época reciente que ya no sorprende. Muestra su jerarquía en momentos clave, no tiene la dependencia de Brasil y Argentina de sus figuras y encadena oleadas de un fútbol imparable. Aunque también es cierto que goleó a Portugal en parte gracias a la expulsión de Pepe, que Estados Unidos se conformó con el 1-0 tras el gol de Muller, que solo empató ante Ghana y que requirió la prórroga frente a Argelia.

Lahm, innegociable en el medio

La reciente desconfianza hacia Alemania hace que su entorno pida cariño. Low mantendrá el plan habitual, con Lahm por delante de una línea de cuatro centrales, pese a las voces que pedían el dibujo con el que terminó ante Argelia. Acabó con el capitán en su antiguo puesto de lateral y el equipo pareció encontrarse más cómodo.

En el once se da por hecha, además, la titularidad de Schurrle, revulsivo en octavos. Alemania persigue una hazaña, jugar su cuarta semifinal consecutiva de un Mundial, lo nunca visto.