El Correcaminos y el Coyote en un mismo Fideo

DEPORTES

03 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ángel di María es a la vez el Correcaminos y el Coyote, un jugador incansable que parece estar persiguiendo siempre algo sin que se sepa muy bien qué, dentro y fuera de la cancha. En este segundo escenario, más en el Real Madrid que en la selección, porque junto a Messi y sus compañeros de selección no se la ha oído una queja sobre su rol, su posición en el campo o sus obligaciones. Y lo curioso es que son similares en un lado y otro.

El Fideo es un jugador de fútbol afilado, de esos que no rehúyen el cuerpo a cuerpo con el balón en los pies. Y su rendimiento crece con el paso de los minutos porque se le ve igual en el uno que en el noventa, o incluso en el 120. Se diría que no conoce el desgaste físico. Cuando a los demás empiezan a pesarles las piernas y a nublárseles las ideas, él sigue porfiando con la misma velocidad e idéntica determinación, y ahí multiplica sus prestaciones. En medio de la frescura le cuesta más encontrar los espacios o leer los pases, pues no es el suyo un fútbol clarividente sino persistente, de largo recorrido. Di María se ha ganado la titularidad a pulso cada curso, por muchas dificultades que encontrase. Las de este año, en el Bernabéu, fueron de órdago a la grande, y ganó. Porque, a su fútbol punzante y a menudo desordenado, le une una cualidad de valor incalculable: corre hacia delante y hacia atrás.