Luis Suárez y los mordiscos más famosos del deporte

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

TONY GENTILE

La polémica desatada por la agresión de Luis Suárez recuerda que el uruguayo no ha sido el único deportista que usa sus dientes contra un rival

26 jun 2014 . Actualizado a las 00:55 h.

Nadie entiende qué le pasa a Luis Suárez y porqué tiene esa obsesión con agredir a los rivales a base de mordiscos. Todos los aficionados del fútbol, y el deporte en general, están acostumbrados a ver golpes especialmente duros e insultos provocados por la tensión que genera el simple hecho de competir. Pero morder es un gesto que desconcierta a los aficionados, ya que se trata de un acto visceral e inexplicable que acarrea consecuencias nefastas para el que lo hace.

El delantero del Liverpool es hasta la fecha el deportista que más veces ha utilizado los dientes para atacar a otros jugadores. El mordisco sobre el hombro del defensa italiano Chiellini, es el tercero de Suárez a lo largo de su carrera; algo que no solo empaña la imagen de un jugador de muchísima calidad, sino que además puede truncar su fichaje por un club de máximo nivel.

Suárez no fue el primero

Aunque el delantero uruguayo sea el más asiduo en este tipo de agresiones. El mundo del fútbol recoge más mordiscos célebres.

El ex portero del Bayern de Munich, Oliver Kahn, dedicó un mordisco en abril de 1999 al jugador del Borussia de Dormunt, Heiko Herrlich. Tras el encuentro, el portero alemán se excusó diciendo que «el entrenador nos dijo que teníamos que morder y no soltar a nuestra presa».

En el año 2006 durante un partido de la Premier League, un conocido de nuestra liga, Javier Mascherano-que por entonces militaba en el West Ham londinense- sufrió una agresión de este tipo por parte del delantero del Tottenham, Jermaine Defoe. El goleador inglés respondió a una dura entrada del argentino con un fugaz mordisco en el hombro.

Un caso más reciente es el del delantero del Corinthians Emerson, que durante la final de la Copa Libertadores del año 2012 -en la que marcó dos goles- hincó sus dientes en la mano del defensa de Boca Juniors, Matías Caruzzo.

No solo ocurre en el fútbol

Pero esta obsesión por «catar» a los rivales no se limita al mundo del fútbol. La dentellada más famosa de la historia del deporte es posiblemente la del ex boxeador estadounidense Mike Tyson, que en junio de 1997, durante la tercera ronda de un combate en Las Vegas, arrancó con los dientes un pedazo de oreja a su rival Evander Holyfield. Lo que supuso el fin del combate y la carrera de Tyson.

De hecho, el mítico boxeador fue una de las personas que habló públicamente, en el año 2013, para quitar importancia al mordisco de Suárez al jugador del Chelsea Branislav Ivanovic, en el que fue hasta la fecha el mordisco que peores consecuencias acarreó al delantero. Diez partidos de sanción y una multa ejemplar de su club. Tyson restó importancia aludiendo que son lances del deporte y que estaba convencido de que Suárez e Ivanovic harían las paces, tal y como él hizo con Holyfield, al que considera «un gran amigo en la actualidad».

Otro deportista que mutiló recientemente la oreja de un compañero, fue Miguel Olivo, receptor de béisbol en los Dodgers de Albuquerque, que emuló a Tyson mordiendo la oreja de Alexander Guerrero durante un partido de la Triple A estadounidense disputado el mes pasado.

Por último, hay que hacer mención a uno de los mordiscos más célebres de un deporte tan violento como es el hockey sobre hielo de la NHL norteamericana. En los encuentros de esta liga los aficionados han sido testigos de auténticos linchamientos entre los patinadores, que hacen que el hockey de paso a la lucha libre en determinados tramos de un partido.

Una de las mordeduras más célebres registradas en este deporte es la del jugador de los Canucks de Vancouver, Alex Burrows, que durante la final de la Stanley Cup en el 2011, aprovechó una intervención pacificadora del árbitro para morder un dedo del jugador contrario, Patrice Bergeron, de los Bruins de Boston.

La historia del deporte reúne por desgracia una amplia lista de agresiones surrealistas, esperemos que las autoridades competentes tomen las medidas necesarias para castigar este tipo de actos, y que a los jugadores más viscerales resuelvan sus problemas abriendo la boca para hablar, y no para morder.