Mundial Brasil 2014: Cristiano Ronaldo vive su peor pesadilla

Dpa

DEPORTES

Los gestos del delantero portugués al final del partido ante Estados Unidos evidenciaron su estado de frustración

23 jun 2014 . Actualizado a las 23:30 h.

Cristiano Ronaldo vive su peor pesadilla en este Mundial. El jugador portugués, acostumbrado a triunfar y ser halagado, sigue sin marcar un gol en la cita mundialista. La última oportunidad la tuvo este domingo ante Estados Unidos, pero las dos ocasiones de las que dispuso se marcharon lejos de portería por varios metros.

Al final del encuentro, el rostro del delantero del Real Madrid reflejaba toda la tensión y enfado acumulado en el amargo 2-2 ante la selección estadounidense, un resultado en cierta forma cruel ya que prolonga la agonía de una selección prácticamente eliminada. La próxima oportunidad de Cristiano Ronaldo será el jueves en Brasilia ante Ghana, pero un empate entre estadounidenses y alemanes en Recife clasificaría a ambas selecciones.

Portugal, con un solo punto, necesita ganar por una amplia diferencia y esperar a que Estados Unidos pierda. «Matemáticamente es posible, pero de hecho es casi imposible, aunque en el fútbol todo puede suceder», sintetizó Cristiano Ronaldo, el último en abandonar el vestuario portugués tras el partido. Ni las circunstancias, ni su lenguaje corporal recordaban al Cristiano Ronaldo de los éxitos, al Balón de Oro 2013, al máximo goleador de Ligas europeas en la última temporada, honor que comparte con el uruguayo Luis Suárez.

Mucho menos, claro está, a aquel Cristiano Ronaldo que se quitó la camiseta y trabó la musculatura para las cámaras tras marcar de penalti el intrascendente gol de cierre del 4-1 ante el Atlético de Madrid en la final de la Liga de Campeones en Lisboa.

Lo único que resplandecía en el rostro de Cristiano Ronaldo era su diamante en el lóbulo de la oreja derecha. El resto era un gesto de evidente molestia por la falta de jerarquía de una selección que cuenta con el que es, según la FIFA, el mejor jugador del mundo.

«No éramos favoritos, nunca lo fuimos», dijo Cristiano Ronaldo, que recordó el accidentado camino por el que Portugal -un país que disputó apenas seis de los 20 Mundiales que se jugaron desde 1930- llegó a Brasil 2014. «Fuimos a un play-off nuevamente, con Suecia. No hay que esperar que seamos campeones del mundo, sería algo ficticio en mi opinión, porque jugamos un buen fútbol pero los otros equipos tienen mejor equipo que nosotros».

El pase para el gol de Varela en el instante final fue un magro consuelo para Cristiano Ronaldo, una sombra en Brasil del jugador altivo y poderoso que recorre los estadios europeos.

No es en realidad una sorpresa su rendimiento en Brasil. Después de una extenuante temporada, en la que quizá forzó su físico más allá de lo recomendable, Cristiano Ronaldo se incorporó a su selección con un diagnóstico médico preocupante: lesión en el muslo y tendinitis rotuliana en la rodilla. Las alarmas saltaron en la concentración portuguesa, en la que el delantero estuvo más tiempo en el gimnasio que en el campo de entrenamiento. Al final, esas alarmas tenían razón de ser: Cristiano Ronaldo no era Cristiano Ronaldo.

El fracaso en público hace sufrir al delantero luso quizás más que a otros jugadores, no en vano es conocido como uno de los futbolistas más trabajadores, un obsesivo del entrenamiento y la puesta a punto física.

João Pereira, su compañero en la selección, admitió que el más famoso de los portugueses necesita anotar un gol antes de irse del Mundial. No en vano es el único de las grandes estrellas que todavía no lo ha conseguido. «Lo necesita, le hace falta. Es muy importante para él hacer otra vez un gol para coger la confianza y ayudar a nuestra selección».

Dejar Brasil sin goles no sería exactamente una ayuda para Cristiano Ronaldo en su intento de buscar un tercer Balón de Oro e impedir el quinto de Messi, el hombre con el que mantiene una rivalidad que en cada choque entre el Real Madrid y el Barcelona beneficia en definitiva a los hinchas. Le queda un hálito de esperanza, pero la Copa del Mundo parece terminada para el Cristiano Ronaldo que brilló a base de goles en Europa. La próxima, en Rusia, lo encontrará con 33 años.