El paisaje tras la demolición de Miami Heat por San Antonio Spurs

Miguel Piñeiro Rodríguez
Miguel Piñeiro LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

LARRY W. SMITH / EFE

El debate sobre el fin de la era Popovich-Duncan y el futuro de LeBron James surge en la resaca del triunfo de los Spurs

17 jun 2014 . Actualizado a las 18:05 h.

Los San Antonio Spurs culminaron la pasada madrugada una de las victorias más claras y brillantes de la historia de las finales de la NBA. Los agotados Miami Heat, después de 4 temporadas consecutivas llegando a la eliminatoria por el anillo, claudicaron de manera inapelable ante los Spurs, su movimiento infinito de balón y su coral exuberancia. Nunca un equipo de la NBA había ganado todos sus partidos en una final por más de 15 puntos de ventaja. Y ése es sólo uno de los datos que convirtieron la paliza de los de San Antonio en histórica.

Pero el paisaje después de la demolición levanta muchas preguntas sobre el futuro inmediato de ambos equipos. Popovich y Duncan, cuya relación se extiende ya durante 17 años y 5 anillos de campeón de la NBA, meditan si no han tenido ya suficiente y la decisión de uno puede tomar la del otro. Mientras, en Miami, los rumores sobre la salida de LeBron James del equipo son crecientes y otras piezas del equipo de Florida apuntan al adiós.

«No me siento cansado para seguir, me gustaría seguir entrenando», dijo Popovich tras recoger el trofeo de campeón. «No voy a decir que sigo, no voy a decir que me retiro. Ahora mismo no tengo ningún plan. Siempre creí que mientras pueda seguir siendo efectivo, seguiría jugando», dijo Tim Duncan, recién cumplidos los 38 años, después de unas brillantísimas finales que aumentan su aura de leyenda viviente de la NBA.

Duncan tiene una opción para renovar automáticamente su contrato un año más a razón de 10 millones de dólares y su decisión debería ser tan inmediata como la próxima semana. Si Duncan da el sí a otro viaje con los Spurs, Popovich también lo hará porque sus destinos están unidos desde que el mejor cuatro de la historia llegara a la Liga.

Ginóbili ya expresó en su momento que tiene uno o dos años más en el depósito por lo que la base veterana de los Spurs, sabiamente dosificada por Popovich para poder ser campeones 7 años después de su último anillo, defenderá el título la próxima temporada si Duncan se apunta. Más incógnitas hay en Miami Heat, que podría precipitarse a una reconstrucción total.

Veteranísimos como Shane Battier y Ray Allen apuntan a la retirada, el primero ya muy limitado en los últimos meses, el último aún presente en la pista como el mejor tirador de 3 de toda la historia de la NBA. Pero las miradas se posan en LeBron James. Su gran actuación individual en la final contra San Antonio (28 puntos y casi 60 por ciento de acierto en el tiro) mantiene su estatus como el mejor jugador de su generación, pero parece que su proyecto en Florida ha tocado a su fin. Tras cuatro años, puede convertirse en agente libre en las próximas horas y elegir destino para construir otro equipo campeón alrededor de su figura.

Por su parte, Dwayne Wade quedó en el foco de todas las críticas para los Heat, lejos del jugador dominante sobre quien giró el anillo conquistado en el 2006 por los de Miami. Sus continuas limitaciones físicas a causa de la edad y las lesiones le alejan del jugador determinante de antaño. Al mismo tiempo, la figura de Carmelo Anthony planea desde hace semanas sobre los Heat, que podrían apostar por el alero de los Knicks para reconstruir el equipo y borrar la huella de la paliza histórica que les infligieron los Spurs.