Brasil 2014: Un cyborg para estrenar el Mundial

Colpisa

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Un parapléjico hará el saque de honor de Brasil 2014 gracias a un exoesqueleto creado por un grupo de 156 personas durante una década

11 jun 2014 . Actualizado a las 00:53 h.

Serán 25 pasos. Y un puntapié. Nada del otro mundo, en realidad. Cualquiera lo puede hace. Sin embargo, se tratará de una proeza, de una hazaña científica que mejorará la vida de muchas personas en el planeta a medio plazo. Sí, porque el protagonista de esa mínima caminata y de ese disparo será un joven o una joven (aún no se ha desvelado el sexo) parapléjico. Todo gracias a un exoesqueleto ideado por un equipo de 156 personas de todo el mundo lideradas por uno de los neurocientíficos más prestigios a nivel internacional, el brasileño Miguel Nicolelis. El elegido, víctima de un accidente de tráfico con la médula dañada -eso impide que no lleguen los impulsos nerviosos a las piernas-, se levantará de su silla de ruedas, se dirigirá desde la banda hasta al círculo central del Arena Corinthians de São Paulo... y efectuará el saque de honor del Mundial.

«Esos 25 pasos supondrán un gran salto para la humanidad», se ilusiona el brasileño, entre los 20 científicos de mayor categoría, según la revista Scientific America. Se trata del resultado de muchos años de trabajo, de innumerables horas de investigación, de colaboración entre cientos de reconocidos especialistas en diversas áreas. Y ha dado como resultado este robot de casi 1,80 metros de altura y alrededor de 70 kilogramos de peso, que no notará la persona que se introduzca en él. El funcionamiento, una vez desarrollado, realizados múltiples cribados y perfeccionamientos, resulta sencillo, en cierto modo. El sujeto con la lesión medular entra en la estructura y se coloca una gorra en la cabeza con una serie de sensores. Éstos trasladarán las señales del cerebro y las enviará a una especie de ordenador colocado en la espalda del afectado.

La computadora descodifica esas órdenes para que se estabilice el peso de la persona y, a partir de ahí, pueda caminar. Y, por último, chutar el Brazuca, el esférico oficial de esta Copa del Mundo. «La idea viene del 2002, cuando empezamos a construir artefactos robóticos con el objetivo de armar un exoesqueleto. A comienzos del 2009, después de saber que Brasil iba a organizar la Copa del Mundo, me pidieron ideas para mostrar un Brasil diferente del que se conoce fuera de aquí. Entonces sugerí la posibilidad de hacer una demostración científica para enseñar que el país está invirtiendo (en la ciencia) y tiene potencial humano para hacer cosas más allá del fútbol», expone el principal artífice de un proyecto en el que ya se han invertido 24,2 millones de euros, y uno de los diez más importantes del 2014 para la revista Nature.

Miguel Nicolelis, hijo de una destacada escritora brasileña, Giselda Laporta, llevaba 30 años soñando con este esqueleto robotizado. Y en los últimos nueve se ha enfrascado en los preparativos para este saque de honor, para un momento que pasará a la historia, con los poco más de 60.000 espectadores del Arena Corinthians como testigos, y los cerca de 3.000 millones de personas que se esperan que vean la ceremonia de inauguración por televisión. Walk Again Proyect (Proyecto Andar de Nuevo) arrancó con ocho candidatos de entre 20 y 35 años, todos con la médula espinal quebrada en un accidente de tráfico. El 29 de abril, uno de esos elegidos dio los primeros pasos con el BRA-Santos Dumont.

Construido con piezas de plástico moldeadas en impresoras 3D y aleaciones de diferentes metales ligeros, este invento también permitirá a sus usuarios volver a notar la sensación de tocar el suelo: «Es caminar sobre la arena». Rememorar una percepción olvidada. Sin embargo, tardará en convertirse en un aparato popular y llegar a la sanidad pública brasileña: cuesta 300.000 euros. Nicolelis trata de reducir esa cifra. Pero es un salto, gracias a un aficionado al Palmeiras, obsesionado con estos asuntos: su tesis doctoral versó sobre las conexiones neuronales que inciden en el control de los movimientos. Y ahora ha obtenido este exoesqueleto: 25 pasos y un puntapié. Y arranca el Mundial, y la esperanza para millones de personas.