Nadal: «El tenis me devuelve lo que me quitó en Australia»

La Voz REDACCIÓN

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VINCENT KESSLER

El balear, muy emocionado tras la conquista de su noveno Roland Garros, terminó el partido con calambres

09 jun 2014 . Actualizado a las 01:41 h.

Rafa Nadal tenía una espina clavada desde el inicio de temporada y se la ha quitado con su noveno triunfo en Roland Garros. «Es un día muy emocionante para mí. Perdí en Australia con un problema en la espalda. Hoy el tenis me devolvió lo que me quitó. Es inolvidable para siempre», dijo el balear instantes después de derrotar en cuatro sets a Novak Djokovic. Nadal sufrió una durísima derrota ante Wawrinka en Melbourne en el primer Grand Slam de la temporada, y sus molestias en la espalda le lastraron su preparación para Roland Garros. Todo eso pesó en la emoción con la que Nadal festejó su novena corona en París. «Después de lo de Australia no me sentía fuerte. Desde hace un mes sentí que la mentalidad estaba ahí otra vez, la motivación estaba ahí», añadió el balear.

«En partido como este cada punto es crucial. Jugar con Djokovic siempre es un reto. Había perdido con él las últimas cuatro veces. Si le gano es porque juego a mi límite», dijo todavía sobre la pista Nadal, de 28 años y que se embolsó 1,65 millones de euros con el título 64 de su carrera. «Los últimos dos años jugamos grandes partidos. Lo siento por Novak. Eres el mayor reto de mi carrera. Estoy seguro de que lo hará en el futuro», añadió el balear tras su duelo número 42 contra Djokovic, el partido más repetido en la era abierta.

«Apenas puedo hablar, este torneo me trae muchos recuerdos y me emociona cada vez que lo gano», resumió un Nadal que lloró como si fuera su primera victoria. También quiso agradecer el apoyo a todo su equipo: «Ha hecho que sea lo que soy. Siempre estuvieron conmigo, en los momentos buenos y en los malos. Aquí esta la recompensa. Nos vemos el año que viene».

Fuertes calambres

Nadal terminó el partido contra Djokovic muy mermado físicamente. «El momento más difícil para mí ha sido cuando me ha dicho que tenía calambres y he visto que no nos recuperábamos. En un momento, la cara de Djokovic parecía de más cansancio que la de Rafael. Pero ha habido un momento que Djokovic se recuperaba o perdíamos. No vas a jugar una hora más con calambres», comentó a la prensa el tío y entrenador, Toni Nadal.

Ese fue, además, el asunto que le comentó al oído el mallorquín a su tío cuando, una vez había ganado su decimocuarto Grand Slam, escaló las gradas para celebrarlo con los suyos. «Me ha dicho de los calambres. Que le trajeran suero, que estaba muy, muy cansado. Tenía calambres por todos lados. Incluso he llamado al médico», comentó Toni Nadal.

El calor, determinante

Nadal aseguró que el calor y la humedad fueron determinantes en el partido, que llevó al límite físico a ambos jugadores. «El cambio drástico nos afectó», dijo Nadal, que jugó el resto de partidos a temperaturas frescas. «Nos afectó físicamente. Después de un set y medio estábamos muy cansados». «Es la final que más he sufrido. Había momentos que me sentía muy vacío, muy cansado. Estaba realmente mal, muy al límite físicamente. La ilusión, la motivación, las ganas de ganar te mantienen en la pista», agregó.