Nadal remonta a Djokovic y conquista su noveno Roland Garros

M. P. R. LA VOZ / REDACCIÓN

DEPORTES

ETIENNE LAURENT

El balear mantiene el número uno del mundo e iguala con Sampras en títulos de Grand Slam

08 jun 2014 . Actualizado a las 23:38 h.

Rafa Nadal cedió el primer set pero no titubeó para volver a citarse con la historia. El balear remontó con solvencia a Novak Djokovic (3-6, 7-5, 6-2, 6-4) camino de su noveno título de Roland Garros. De paso, el tenista de Manacor defendió el número uno en juego en la final e igualó con Pete Sampras en títulos de Grand Slam. Nadal ya acumula 14 grandes, sólo por detrás de los 17 de Roger Federer. En un durísimo partido bajo un sol abrasador, con tres horas y media de intensa batalla física, Nadal volvió a imponerse en su pista predilecta llegando a su límite de resistencia física (terminó con fuertes calambres) para lograr una victoria de récord: es el primer tenista en ganar 9 veces un grande, el primero en ganar 5 Roland Garros consecutivos y el primero de la historia en ganar al menos un Grand Slam durante 10 años.

Además, sumó su triunfo número 89 en un partido en tierra batida disputado a cinco sets, por una única derrota, la que sufrió en octavos de final de Roland Garros en el 2009 contra el sueco Robin Soderling. Es la cuarta vez que Nadal derrota a Djokovic en una final de Grand Slam, por tres triunfos del serbio. El número dos había ganado a Nadal dos finales esta temporada, pero la de París no se le escapó al de Manacor.

Con una doble falta del serbio para cerrar el partido, Nadal confirmó ante Djokovic los síntomas positivos de su juego que comenzaron a asomar en los cuartos de final contra David Ferrer (ante quien cedió también el primer set) y se hicieron realidad en la aplastante victoria sobre Andy Murray en semifinales. Después de las dudas que provocaron la peor temporada en tierra de su carrera y del temor a los dolores de espalda que reaparecieron en la primera semana de Roland Garros, Nadal volvió a responder ante su némesis, un Djokovic que sigue sin poder abordarle en la tierra de París. El serbio llegaba confiado de poder conseguir al fin el Grand Slam que le faltaba, sobre todo después de superar a Nadal en la final de Roma y de rozar el triunfo en las semfinales de París del año pasado. Pero el balear no le dio opción y, en una final que tenía el número uno en juego, reclamó su trono como mejor tenista del circuito.

Dominio con la derecha

Nadal cedió su servicio en el octavo juego del primer set, y aunque a continuación dispuso de dos oportunidades para recuperar el saque perdido, no aprovechó ninguna de ellas, y Djokovic se apuntó el primer parcial en 44 minutos. Pero Nadal logró mantener la calma e incluso se adelantó en el segundo con 4-2 y servicio. Cedió el suyo a continuación con una doble falta y una derecha larga, pero Nadal demostró haber recuperado su tacto de pelota y acertó de nuevo a robar el saque a su rival. Después del primer set el balear sacó a relucir su renacida derecha y mandó desde el fondo de la pista, sometiendo al serbio a un duro castigo físico.

Con Djokovic aparentemente sufriendo un bajón físico importante y Nadal mucho más entonado, el balear se hizo con el tercer set en 50 minutos. Nadal puso distancia en el marcador al romper en el segundo juego de esta manga y dominar luego 3-0 y 4-1. Clave fue el séptimo juego, de diez minutos de duración, que Nadal se llevó finalmente. El rostro de Djokovic sentado en la silla, con las mejillas rojas, daba buena cuenta del calor que hacía en la pista. El termómetro marcaba 28 grados, con un grado altísimo de humedad. El serbio ya sufrió un golpe de calor en las semifinales. Además, el castigo psicológico que sufrió el de Belgrado fue tal, que luego cedió de nuevo su saque para que Nadal ganase el tercer parcial a la primera oportunidad. En el último parcial, todo parecía decidido con un 4-2 a favor de Nadal, pero entonces cedió su servici y Djokovic igualó. El balear parecía más cansado de lo habitual, haciendo estiramientos en su maltrecha espalda, pero se rehizo y llevó al límite a su rival, que entregó la cuchara con una doble falta.