Carlo Ancelotti, el triunfo de la mesura

Montse García Iglesias
Montse garcía REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El italiano logra al primer intento devolver al Madrid el cetro europeo, además de la Copa del Rey

26 may 2014 . Actualizado a las 17:15 h.

«Cómo no te voy querer, cómo no te voy a querer, si me hiciste campeón de Europa...». El mensaje de la canción tenía un claro destinatario: el entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti (Italia, 1959). Los remitentes eran siete jugadores de su plantilla, entre ellos Ramos, Marcelo, Pepe e Isco que no dudaron en interrumpir la valoración de su técnico tras conseguir la ansiada Décima. Carletto les acompañó un momento en la euforia para luego volver a esa imagen que irradió durante toda la temporada: la del hombre tranquilo. Ese que ha sabido devolver a la calma las aguas revueltas que se encontró hace once meses y, a partir de ahí, situar al equipo blanco en lo más alto de Europa.

Ancelotti había sido llamado para ganar la Décima. Y él alimentó el sueño desde su llegada en junio pasado. «El primer día que fui al Bernabéu le dije al presidente 'aquí falta una, tenemos que conseguirla este año' y lo hemos hecho», recordaba el técnico italiano este domingo tras ganar por 4-1 al Atlético la final en Lisboa. Entre el deseo y la realidad le esperaba una tarea más complicada que la de hacer al equipo campeón.

Herencia recibida

El Real Madrid venía de tres años convulsos con José Mourinho en el banquillo. De polémica en polémica. El técnico portugués puso al equipo blanco en el ojo del huracán. Árbitros y equipos rivales estuvieron en su punto de mira. Pero también lo puso sobre sus propios jugadores: el portero Iker Casillas fue el mayor de los ejemplos. Un peaje caro fue su opción, pero que no sirvió para conquistar la Décima.

Y con esta herencia ha sabido lidiar Ancelotti. Lo hizo sin hacer ruido. Desde el segundo plano y sin aspavientos. Incluso fue capaz de resolver el rompecabezas imposible que le había dejado Mouriño en la portería: el gallego Diego López en la liga y a Casillas en Copa y Champions. Pero no fue el único examen que superó. No hay que olvidarse tampoco de Di María tras su polémico gesto al ser sustituido en enero, o recuperar al propio Pepe, que también había quedado muy tocado de la época Mouriño. Y todo esto al mismo tiempo que los ojos se posaban en más de una ocasión sobre el propio Carletto, como tras la derrota ante el Barcelona por una alineación que nadie entendió.

El italiano fue superando todas esas piedras para firmar la mejor temporada blanca de los últimos años: doblete con la Copa del Rey y la ansiada Décima. Un trono europeo al que accede después de una clasificación en el que solo había sufrido una derrota -ante el Borussia de Dortmund- y con la eliminatoria ante el Bayern de Múnich como uno de los grandes momentos y que significó dar el paso que su antecesor no había logrado en sus tres años: llegar a la gran final.

Desde la normalidad Ancelotti ha llevado al Real Madrid a volver a agarrar con sus manos la «orejona», esa Copa de Europa que habían tocado por última vez con otro técnico con la mesura por bandera: Vicente Del Bosque. El italiano era el décimo técnico que lo intentaba desde el triunfo del salmantino y lo hizo a la primera. Un título que también le sirve para igualar al legendario entrenador del Liverpool, Bob Paisley, ya que es su tercer cetro de Europa como entrenador, al que suma dos como jugador. Cinco campeonatos para un hombre que más de una vez recordó su origen campesino. Acaba de recoger lo sembrado. La cosecha habría sido muy distinta sin el gol de la prórroga. Su futuro, quizás también.