El triunfo de los fondistas blancos

DEPORTES

25 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No es injusta la victoria del Real Madrid, como no lo hubiese sido la del Atlético de Madrid, por más que se le escapase el título en el tiempo añadido. Pero, por encima del resultado, lo que queda es que en el campo había un equipo que ha ido tejiendo Simeone con mucho criterio. Encaró la final sin sus dos jugadores más determinantes en el juego de ataque, porque Arda Turan ni se vistió y Diego Costa no llegó a los diez minutos. Aún así, la maquinaria siguió bien engrasada, exprimiendo al máximo sus virtudes.

En el otro lado, el conjunto merengue se mostró más como una colección de individualidades que sufrió lo indecible sin espacio para correr y sin un plan de ruta tan claro como el de su oponente. Y no fue la llamada BBC la que tiró del carro, porque Benzema no parecía estar bien y Ronaldo restó más que sumó. Bale empujó más y volvió a evidenciar que este curso está tocado por la varita de la oportunidad, porque suyo fue el gol que decidió, en una acción que no era sencilla. Al Madrid lo rescataron los jugadores con más fondo, con mención especial para Modric, Di María, Ramos y Marcelo, los que no cedieron un centímetro al abatimiento.

El Madrid también ganó porque perseveró, porque Ancelotti acertó cuando no le quedaba más remedio que arriesgar y porque persiguió su suerte hasta el último segundo. Ganó porque su adversario acabó extenuado, después de una temporada pisando el pedal a fondo desde el minuto uno, en la que no desatendió la Liga. Y quizás ganó porque Casillas estaba en el campo. Hasta en su peor día consiguió levantar la Orejona.