La Liga del Cholo

José M. Fernández

DEPORTES

18 may 2014 . Actualizado a las 13:35 h.

Heredó un cadáver, a cuatro puntos de los puestos de descenso y eliminado de la Copa del Rey por el modesto Albacete, y dos años y medio después ha conquistado una Liga que ha tenido que pelear sin respiro durante cada una de las 38 jornadas. Por el camino, una Copa del Rey y una Liga Europa; en perspectiva, una final de la Liga de Campeones. Probablemente -seguro- la propuesta del Atlético que se ha sacado de la chistera el Cholo no haya sido la más delicada; nada o muy poco que ver con el juego asociativo y combinativo de seda del Barcelona de Pep Guardiola o con el vértigo del Madrid de Cristiano. Pero ningún otro puede presumir de la palabra equipo como Simeone, de un grupo capaz de minar cada centímetro cuadrado de césped durante noventa minutos y que ha creído en el título incluso cuando ha tenido que buscarlo en el Camp Nou.

Donde no llegaba la calidad ha utilizado la voluntad; cuando no alcanzaba el talento ha tirado de estrategia. No ha despreciado ninguna de las armas que se pueden utilizar sobre un terreno de juego. Doce goles tras saques de esquina, alguno tan valioso como el de ayer de Godin. Nada ha quedado al albur.

Probablemente, en ningún otro equipo como en el Atlético ha tenido tanta influencia el técnico. De otra forma no sería explicable el que con apenas un par de retoques y reinventándose un sustituto para Falcao, haya sido posible el hacer frente al potencial del Barcelona o del Real Madrid. Simeone parece haber encontrado el antídoto contra el mal del Manzanares, esa enfermedad que tradicionalmente diluía o paralizaba el talento. Ha peleado contra el discurso agorero que intuía el irremediable pinchazo que no se produjo y ha conseguido llegar al tramo final con más combustible y fe que sus dos rivales.

Y ha creído en el título hasta el último segundo. El cholismo. ¿Habrá espantado (para siempre) la leyenda del Pupas?