Kevin Garnett enfila la retirada tras la eliminación de los Nets

DEPORTES

El ala pívot medita colgar las botas tras casi 20 años de carrera envidiable y un récord de ganancias millonarias

15 may 2014 . Actualizado a las 14:49 h.

Kevin Garnett es lo que se puede llamar un intenso. Como el actor que convierte un sencillo monólogo en un ejercicio de trascendencia, el ala pívot de Carolina del Sur afronta cada partido como la última batalla. Y quizás tras la derrota de sus Brooklyn Nets ante los Miami Heat (96-94) en el quinto partido de las semifinales de la Conferencia Este, y la consiguiente eliminación de los play offs de la NBA, esta vez sí sea la última vez para Kevin Garnett, que enfoca la retirada tras una carrera estelar y la mayor cantidad de dinero jamás ganada por jugar al baloncesto.

En los últimos años, Garnett había instaurado (a falta de uno) varios rituales previos al salto inicial de cada partido. Cabezazos contra la protección acolchada de las canastas, puñetazos en el pecho y saludos a cada graderío mirando a un punto fijo como si conociese a alguien entre la multitud, y finalmente abrirse de piernas para tocar con el puño en el parquet con toda la extensión de su fibroso cuerpo como si fuera una araña. Los rituales intimidatorios de Garnett se multiplicaron en la misma medida que su potencial deportivo disminuía. Y ahora, a unos días de hacer 38 años, enfila la más que probable retirada con 1520 partidos en las piernas y 315 millones de dólares en el zurrón.

Kevin Garnett estudia renunciar al último año de contrato (a razón de 12 millones de dólares por temporada) de los tres que firmó en el 2012, cuando aún estaba en los Celtics. Todavía efectivo en defensa pero muy lejos de ser el jugador capaz de anotar 20 puntos por noche (sólo 6 puntos de promedio esta temporada), a Garnett le ha rebasado la edad y un cuentakilómetros pasado de vueltas. Llegado a la NBA en 1995 directamente del instituto, su currículum le sitúa en el altar del baloncesto estadounidense. Decimocuarto de toda la historia en puntos anotados, décimo en rebotes y segundo en rechaces defensivos. Quince veces All Star, cuatro veces en el mejor equipo del año, jugador defensivo del año 2008 y nueve veces escogido en el mejor equipo defensivo de la Liga. El tercer jugador de toda la historia capaz de sumar 25.000 puntos, 14.000 rebotes y 5.000 asistencias.

El mejor año de Kevin Garnett fue el 2004. Era su novena temporada en los Minnesota Timberwolves. Después del muy espectacular inicio al lado de Stephon Marbury, metió a los Wolves en play offs siete años consecutivos después de su temporada de rookie. En el 2004, junto a Sam Casell y Latrell Sprewell, Minnesota llegó a la final del Oeste y Garnett logró el MVP de la Liga. Luego, vendría el bajónen la franquicia y el traspaso a los Boston Celtics, que dejó herida en su orgullo a la ciudad de Minnesota y deprimido a unos Wolves que no han pisado los play offs desde que Garnett se fue. En Boston revivió la gloria verde con el anillo logrado en el 2008 (el primero para los Celtics desde Larry Bird) y rozando otro más en el 2010. Garnett se lesionó la rodilla derecha dos veces seguidas en el 2009 y en el 2010. Ya nunca volvería a ser el mismo jugador, capaz de anotar en el poste bajo, explosivo en el mate, con un gran tiro de cinco metros y rápido para correr el contragolpe.

Roto su triunvirato con Paul Pierce y Ray Allen (especialmente dolido con éste por cambiarse por los Miami Heat), y consciente de que la edad empezaba a ser un peaje grande, Kevin Garnett buscó un último intento en Brooklyn junto a Pierce. Funcionó sólo a medias, cayendo la pasada madrugada en las semifinales del Este. Con toda probabilidad Garnett dirá adiós con la tranquilidad de un currículum envidiable, la sensación de haberlo dado todo en la cancha y, además, haber recibido a cambio la mayor cantidad de dinero en sueldos en toda la historia de la NBA.

Garnett ha ganado en su carrera 315 millones de dólares, publicidad y otras cuestiones aparte. Cuando contaba 21 añitos, firmó una vinculación con los Wolves de seis temporadas por 126 millones de dólares, un contrato que sacudió las normas de la NBA, forzó un cierre patronal y acabaría por cambiar la normativa de contratación los jugadores jóvenes en la Liga estadounidense. Competidor feroz, desafiante en la mirada y afilado con la lengua, Garnett ha sudado hasta la última gota de sus millonarios sueldos, pero un cero le preocupó más que el de sus cheques: cuando se quedó sin anotar en un partido de play off por primera vez en su carrera. Fue la semana pasada.