Víctor Valdés se despide del Barcelona con una carta abierta de agradecimiento

La Voz / Efe

DEPORTES

GUSTAU NACARINO

El portero azulgrana rechazó recibir un homenaje en el Camp Nou para despedirse del equipo, de sus compañeros y la afición

14 may 2014 . Actualizado a las 20:51 h.

Víctor Valdés, el mejor portero de la historia del Barcelona, se ha despedido del club, de sus compañeros y la afición a través de una carta publicada por la web de la entidad azulgrana. El portero anunció hace año y medio su decisión de abandonar el Barça y esta semana acudió al entrenamiento del equipo para despedirse uno a uno de los que han sido sus compañeros durante esta semana y del cuerpo técnico. Sin embargo, Víctor Valdés rechazó recibir un homenaje como el que se le dará a Carles Puyol para despedirse de la afición del Camp Nou, con la que ha mantenido una difícil y tensa relación durante sus doce años en el club.

Mientras sus compañeros se jugarán el título el próximo sábado, Valdés estará en Alemania, iniciando la segunda etapa de la recuperación de su grave lesión de rodilla. Fuera de los focos, eludiendo cualquier clase de protagonismo y volviendo a dar que hablar por su particular manera de relacionarse con el mundo que le rodea y el club al que todavía pertenece.

Víctor Valdés pasará a la historia del Barça por varias cosas. Entre ellas, igualar el récord de Antoni Ramallets de ganar cinco Trofeos Zamora, superar a Miguel Reina como el portero de la historia del Barcelona que ha estado más minutos sin encajar un gol (895) o aguantar la presión que supone sentarse en esa silla eléctrica que ha ejecutado a muchos guardametas de primer nivel.

Su leyenda comenzó a forjarse a partir de la final de la Liga de Campeones contra el Arsenal en Saint Denis en el 2006 y a partir de ahí no dejó de crecer. Incluso en la selección, cuando a la sombra de Iker Casillas se ganó el derecho a ser convocado e incluso disputarle la titularidad al meta del Real Madrid.

A Víctor Valdés nadie lo echa. Ha decidido irse él. Un privilegio reservado a unos pocos. Si encima dejas el club de tu vida después de ganar tres Ligas de Campeones, dos Mundiales de Clubes, dos Supercopas de Europa, seis Ligas, dos Copas del Rey y seis Supercopas de España, te conviertes en un auténtico mito: en el portero del mejor equipo de la historia.

Y eso ya nadie lo puede cambiar. Ni siquiera Víctor Valdés, empeñado en irse a su manera, sin despedirse, de forma precipitada, por la puerta de atrás y con una carta.

Carta abierta de Víctor Valdés

«Llega el momento de decir adiós, de despedirme de todos vosotros. Por desgracia, no he podido despedirme jugando al fútbol como me hubiese gustado, pero así es la vida a veces y este año ha sido cruel conmigo en ese sentido.

He tenido tiempo para repasar de dónde vengo y en qué me he convertido. Solo aparece en mis pensamientos nostalgia hacia las personas que me han ayudado a llegar hasta aquí. A ellos quiero dedicarles esta carta.

A Oriol Tort, a José Antonio Pozanco, a Juan Manuel Asensi, a Ursicinio López, a Albert Benaiges, a Antonio Olmo, a Juan Carlos Pérez Rojo, a Pep Segura, a Quique Costas, a Joan Vilà, a Jordi Castel... Los maestros deportivos que hicieron de mí, el deportista que siempre soñé ser. Personas que consiguieron formar un niño de diez años en un portero que defendiera la portería del Camp Nou, diez años después. ¡Gracias a todos!

Gracias a Louis Van Gaal, por demostrar tener el valor necesario para apostar por el talento que solo sus ojos saben ver. Él inició la construcción de un Barça histórico, del que he tenido el privilegio de formar parte. Gracias de corazón.

Gracias a Frank Rijkaard, por darme la confianza necesaria y permitirme alcanzar la gloria, tocando la Copa de Europa en París con mis propias manos. Allí donde estés, te repito, mi vida estará siempre en deuda contigo, Míster.

Gràcies Pep, por haberme abierto la puerta para jugar a un juego que desconocía, por haber sido mi guía durante el camino que uno debe seguir buscando el éxito, y lo encontramos juntos, ¿verdad? Sempre ens quedarà això Míster, i creu-me, será etern!

Gràcies Tito! Allí donde estés, te doy las gracias por habernos enseñado no solo el camino para seguir ganando como equipo, sino también la fuerza y el carácter necesarios para afrontar la vida.

Gracias a todos aquellos compañeros con los que he tenido el placer de compartir el trabajo que supone llevar ese escudo en el pecho día tras día, por haberme hecho sentir importante dentro de este grupo que hemos formado durante todos estos años. Porque todo se reduce a ello, somos nosotros, aquí y ahora. ¡Gracias Señores!

Y por supuesto no quiero olvidarme de las personas más importantes para mí, de estos doce años como profesional vistiendo esta camiseta, mis fieles seguidores. Aquellas personas que pasara lo que pasara, estabais ahí siempre para darme el aliento que un luchador necesita en todo momento, estabais ahí orgullosos de verme en cada celebración, apoyando en cada partido, enviando esa energía positiva que nunca deje de notar, la que me llevó en volandas durante todo este tiempo, porque sin eso, yo no hubiese sido capaz de hacerlo solo.

Gracias, gracias y mil veces gracias. Y os pido por favor que no dejéis de apoyarme.

Per sempre, FORÇA BARÇA!»