Luis Gutiérrez ficha como técnico de un División de Honor B

vilagarcía / la voz

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Luis, en primer plano, con la camiseta del Os Ingleses.
Luis, en primer plano, con la camiseta del Os Ingleses. vítor mejuto< / span>

10 may 2014 . Actualizado a las 06:59 h.

Os Ingleses no podrá jugar en la División de Honor B la próxima temporada tras caer en la eliminatoria que disputó contra El Salvador, pero habrá aroma vilagarciano en la categoría. Luis Gutiérrez, Mandi, vilagarciano que cumplirá 42 años al día siguiente de la fiesta del agua de este próximo mes de agosto, será el entrenador del Tasman Boadilla la próxima temporada.

El arousano lleva siete años viviendo en Madrid. Allí fue adoptado por el CAU Metropolitano, donde ejerció labores en la pasada temporada en el campo y en el despacho puesto que entrenaba al conjunto B y trabajaba como administrativo. Sostiene Mandi que su nuevo club ya lo había tentado con anterioridad, pero que ahora la oferta se había vuelto ya irrechazable.

Luis llega al Tasman para formar triunvirato con José Carlos Pérez y el francés Olivier Hiquet. Y dice que, quizás, lo han llamado para darle un toque de visceralidad al equipo. Su nuevo club, con clara influencia francesa, ha apostado por recuperar la esencia de aquel rugbi champagne que encandiló a finales de los ochenta a media Europa con Serge Blanco y compañía.

«Es un club relativamente nuevo -explica Mandi- de solo diez años pero que en los últimos cinco ha ido ascendiendo cada año». El técnico reconoce que la próxima temporada va a ser todo un máster para él y que no podía desaprovechar la oportunidad que se le ha presentado.

El vilagarciano comenzará a trabajar en su nuevo club a partir del próximo mes para empezar a diseñar la plantilla. El primer entrenamiento de la preetemporada está fijado para el 11 de agosto. Antes, en el mes de julio, se pasará por Vilagarcía para saludar a los amigos y a la familia.

Lo que queda claro, es que con su nueva ocupación Luis tendrá que colgar definitivamente las botas. Aun esta temporada de vez en cuando hacía sus pinitos con el segundo equipo del CAU cuando las bajas le obligaban. Partidos sueltos, dice, pero suficientes como para darse cuenta de que a cierta edad, la mente va por un lado y el cuerpo por el opuesto. Al margen de que, al final, «acababa echando los hígados», bromea el nuevo entrenador del Tasman Boadilla.