Bartomeu asegura que el club pidió a la FIFA que hiciese una exención con la entidad catalana y recurre al victimismo para explicar la sanción
05 abr 2014 . Actualizado a las 14:30 h.Los tiempos convulsos en el Barcelona parecen lejos de disiparse. Si primero fue el caso Neymar, que desembocó en la dimisión del anterior presidente Sandro Rosell, ahora la sanción de la FIFA por un tema de contratación de jugadores menores de edad para las categorías inferiores ha terminado de revolucionar la entidad. El máximo mandatario, Josep María Bartomeu, compareció ayer ante los medios para defender el modelo de La Masía y destacó que el Barça había solicitado en reiteradas ocasiones a la FIFA que hiciese una exención con el club catalán en lo referente al artículo 19 que prohíbe el fichaje de menores de 18 años salvo en tres excepciones. Sin embargo, no aclaró con rotundidad si cumplió o no la norma y tiró de victimismo para defenderse de lo que a su juicio es «una gran injusticia». «Aquí las cosas se hacen muy bien», dijo-, y buscó a los responsables de las irregularidades fuera de la órbita azulgrana, quizá a 600 kilómetros.
No dio nombres, ni siglas, pero desde hace un tiempo, entre los aficionados culés circula el runrún de una mano negra florentiniana (no de la Fiorentina, precisamente) sobre todos los males que asolan últimamente al club catalán. Una guerra sucia, que acusa a los jugadores del Barça de doparse, habla de villaratos, que destapa problemas de Messi con el fisco, que levanta la liebre de las irregularidades en el traspaso de Neymar o que denuncia a la FIFA por lo bien que funciona la cantera más fructífera del mundo. Justo en un período, que el club sitúa en el último lustro, en el que el Barcelona ha liderado el fútbol mundial y ha sido ejemplo a seguir por su modelo de juego y su vertiente formativa.
«Externamente, desde hace tiempo se intenta hacer daño al Barça», afirmó Bartomeu, alimentando la teoría de la conspiración, que cala entre los más forofos, que incluso enlaza con el momento político que atraviesa Cataluña, pero que es difícil, cuando no imposible, de demostrar. «Lo hemos detectado y lo estamos investigando», añadió. El máximo mandatario azulgrana afirmó que en el club empiezan a tener evidencias y certezas y que encontrarán a las personas que están detrás de la campaña para perjudicar a la institución. «Todo se sabrá», advirtió.
Bartomeu extendió la duda sobre sus rivales, pero no despejó algunas de las inquietudes que quitan el sueño a los aficionados del Camp Nou. Por ejemplo, qué pasará con los fichajes, después de que la FIFA haya sancionado a los azulgrana con la prohibición de contratar jugadores hasta el verano de 2015 por el incumplimiento de la normativa de la protección de menores. «La planificación deportiva sigue exactamente igual», dijo.
No todo el mundo piensa lo mismo. Por ejemplo, el representante del portero alemán Ter Stegen aseguró que, en estos momentos, su traspaso al Barça está «descartado». En cambio, el agente de Halilovic afirmó que no se imagina ni un segundo que la perla croata no se vaya a vestir de azulgrana la próxima temporada. De momento, al menos de puertas hacia fuera, el Barça trata de emitir mensajes de tranquilidad porque está convencido de que ganará las alegaciones ante la FIFA o ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Así, de acuerdo con la Federación Española de Fútbol (FEF), los servicios jurídicos presentarán un recurso de apelación al máximo organismo mundial. Pedirán la suspensión de la sanción como medida cautelar previa, para poder fichar un portero, un central y un delantero, como mínimo. En caso de que se la concedan, la sanción no se aplicaría hasta la resolución del recurso, que puede demorarse, por lo que el club tendrá el mercado abierto. En caso contrario, el plan B es acudir al TAS, dijo Bartomeu, que mañana se juega el cargo en el referendo sobre el proyecto de ampliación del Camp Nou.