Está en juego considerarse mejor

Fernando Rey Tapias

DEPORTES

30 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Con Federer sin la regularidad de antes, el Nadal-Djokovic es el clásico hoy. Al margen de los grand slams, Miami es el más especial de los torneos. Ni Rafa ni ningún español lo ganó aún, algo insólito. Él se dio a conocer -tras la victoria sobre Costa en Montecarlo 2003- gracias a Miami, por su victoria ante Federer en el 2004 y su final perdida ante el suizo en el 2005. Es un lugar clave para él y, al mismo tiempo, perdió allí tres finales. Un título en Miami le puede dar tranquilidad para la gira de tierra. Luego está el número uno, no como fin en sí mismo, sino como demostración de una supremacía mental a la que hoy solo parecen optar ello dos.

¿Y Djokovic? Quiere recuperar ese número uno a medio plazo, prolongar la estela de Indian Wells y llegar con confianza a una gira de tierra en la que Roland Garros, el único grande que le falta, será su gran desafío.

El viento, con frecuencia intenso en Miami, pondrá a prueba la parte mental con Rafa algo más bregado. A nivel táctico, el duelo Nadal-Djokovic ha sido mucho más rico que el de Rafa y Roger, en el que el español siempre tuvo un patrón más claro. Aquel 2011 arrollador de Nole encontró al año siguiente respuesta en Rafa, que se dotó de recursos para hacerle frente. Luego llegó la respuesta, y así sucesivamente, en un enfrentamiento mucho más rico a nivel estratégico que otros.