Álvaro Bravo, otro deportista arousano de élite que lo deja

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

DEPORTES

Álvaro Bravo -izquierda-, con su medalla y compañeros de plata en el Europeo Sub 23 del 2012.
Álvaro Bravo -izquierda-, con su medalla y compañeros de plata en el Europeo Sub 23 del 2012.

Aquejado de una hernia discal y cansado por la falta de ayudas, el campeón y subcampeón de Europa Sub 23 de K-4 1.000 parará al menos un año, en el que buscará un porvenir laboral en Inglaterra

28 mar 2014 . Actualizado a las 00:13 h.

Negro marzo este para el deporte arousano. Un mes que arrancaba con el anuncio de la retirada días antes de cumplir los 25 años del taekuondista vilagarciano Raúl Bouzas, el primer campeón de Europa Sub 21 en peso ligero de la historia; y que finaliza con el adiós al piragüismo del grovense Álvaro Bravo (6 de diciembre de 1989), otro pata negra de la quinta de Bouzas. En ambos casos, dejando la puerta entreabierta a su regreso a un año vista tras denunciar la absoluta falta de respaldo desde las federaciones españolas de sus respectivos deportes, su máximo común denominador.

Bravo se había convertido de hecho en los últimos tiempos en una de las voces más críticas con la acelerada política de recortes en becas y ayudas al día a día y a las participaciones internacionales de los palistas desde la actual directiva de la RFEP. El último ejemplo, los más de dos meses del 2014 transcurridos hasta que piragüistas como él con derecho a becas pudieron cobrar la nómima del segundo semestre del 2013.

La decisión de Bravo nace no obstante también de un segundo factor determinante. El kayakista del Breogán acaba de descubrir que los problemas físicos que le habían impedido entrenarse desde enero se debían a una hernia discal. La temporada pasada ya estuvo un mes parado por problemas en la zona lumbar, y continuó «traballando con dor», recordaba ayer el arousano, lo que le lleva a sospechar que ya se trataba de la hernia, y que lo único que hizo fue agravarla para, encima, acabar su año más discreto desde su salto a la élite internacional. Aún así se quedó a un paso de entrar en el K-4 1.000 del Mundial Absoluto.

Fijo en la selección hasta su lesión

Internacional con España entre los años 2008 y 2012, el kayakista del Breogán luce un palmarés en barcos de equipo al alcance de pocos. Campeón de Europa Sub 23 del K-4 1.000 en el 2009, repitió en el 2012 podio en la misma cita con una plata íntegramente gallega de la mano de una tripulación completada por Roberto Abal, Rodrigo Germade y Óscar Carrera. Ese mismo año Álvaro Bravo finalizaba octavo en la final del K-4 1.000 del Europeo Absoluto junto al vasco Íñigo Peña y los también gallegos Borja Prieto y Diego Piña; la primera plaza finalista de España en la modalidad en una gran cita internacional desde el 2006, y que supuso un punto de inflexión en la recuperación de un barco que concede a sus dominadores mundiales tres plazas en el programa de los Juegos Olímpicos: las del K-4, K-2 y K-1 1.000. Un cuarto puesto en el K-4 200 del Mundial Absoluto del 2009 es otra muestra del potencial del meco, elegido mejor piragüista promesa gallego en el 2010 y 2013 por sus brillantes resultados las temporadas precedentes.

En el piragüismo desde los 8 años, alunmo del Centro Galego de Tecnificación Deportiva con 15 e integrante del grupo de alto rendimiento de la RFEP en la Residencia Blume de Madrid siete de los últimos ocho años, Álvaro tenía en mente luchar esta campaña por recuperar su plaza en el K-4 1.000 de la selección absoluta y cubrir con éxito la primera etapa hacia los Juegos de Río 2016.

«Estiven remando toda a vida coma un condenado, e non teño experiencia laboral. Adestramos mañá e tarde, e en vez de deportistas, parecemos escravos. Eles -por la Real Federación Española de Piragüismo- poden esixir e nós nada». Hasta el punto, desvela Bravo, de que el martes «fun facer unha resonancia a un centro privado e tiven que pagarme a proba, 300 euros».

Sus padres querían que siguiese

«Este ano déixoo. Agora mesmo estou afundido», afirma Bravo. Por su situación física, y sobre todo «pola falta de apoio», dice. «Quero descansar, recuperarme ben, liberar a cabeza, e ver se o ano que vén volto. Sei que se o fago podo voltar á elite». Sus planes ahora, buscarse un porvenir laboral en Inglaterra, después de probar sin suerte a hallar trabajo en Arousa. «Teño desde o verán un amigo en Londres, traballa na hostalaría e vaille ben». Lo hace en contra de la opinión de sus padres. «Non están moi de acordo, porque ven que estiven toda a vida pelexando por triunfar no piragüismo. Pero non podo estar sen adestrar nin traballar», sentencia el desilusionado arousano.