Pellegrini se disfraza de Mourinho

M. P. R.

DEPORTES

DARREN STAPLES

El chileno estalla en duras críticas contra el arbitraje después de su derrota ante el Barcelona

20 feb 2014 . Actualizado a las 00:54 h.

Tenía que ser el Barça quien tejiese, por unas horas, un invisible cordón umbilical entre dos antagonistas como Manuel Pellegrini y José Mourinho. El entrenador chileno se disfrazó del portugués tras la derrota del Manchester City ante el Barcelona. Algunos apostillarían que Pellegrini también se puso la máscara de Mourinho durante la derrota, por el juego más reservón de su City, que tiene muy complicado seguir en la Liga de Campeones tras su primera aparición en los octavos de final.

Dos figuras cuyo enfrentamiento se ha enconado en las últimas semanas en un cruce dialéctico que se endurece a medida que se aprieta la Premier League, Pellegrini hizo de Mourinho: sorprendió a la prensa inglesa (que le conoce desde hace poco) y a la española (que lo sigue hace una década) con una explosión contra el árbitro sueco Jonas Eriksson más propia de su némesis que de la habitual calma y ponderación de la que hace gala el chileno.

«El árbitro decidió el partido. No fue imparcial. Estuvo del lado del Barcelona desde el principio. Antes del penalti, que fue fuera del área, hubo falta sobre Navas. No tuvo ningún control sobre el partido», comenzó Pellegrini.

Luego, con reminiscencias de la mítica diatriba de Mourinho sobre el Barça, los árbitros, Unicef y los «por qué», Pellegrini sorprendió con dos afirmaciones sobre Eriksson. «Compensó el error que cometió en el partido del Barcelona contra el Milan», dijo, en referencia a que Eriksson arbitró la semfinal entre catalanes e italianos en el 2012. Pero fue más allá: «No creo que fuera una buena idea designar un árbitro de Suecia para este partido. Hay competiciones más importantes que la sueca en Europa. Quizás se necesitaba un árbitro con más experiencia en este tipo de partidos».

Pellegrini reconoció en la rueda de prensa posterior al Manchester City-Barcelona que habló con el árbitro al final del partido: «Le dije que había decidido el encuentro y que debía estar feliz». Amargo como nunca, no hubo espacio para la duda sobre la alineación de un cuestionado Demichelis (que acabó siendo decisivo en contra de su equipo), ni del experimento del doble lateral zurdo con Kolarov y Clichy, ni de la actitud contemplativa del City, cediendo la pelota al Barça. «Antes del penalti el Barça no tuvo ocasiones y nosotros estábamos buscando el camino para marcar», se limitó a señalar Pellegrini, más cercano que nunca a su archienemigo Mourinho.