El Camp Nou se enfría

Dpa

DEPORTES

Alejandro García

La baja asistencia a la semifinal copera confirma la tendencia iniciada esta temporada

07 feb 2014 . Actualizado a las 17:41 h.

Señalado como uno de los mejores equipos de la historia, el Barcelona está viviendo un llamativo fenómeno de razones complejas de explicar: su estadio está cada vez menos lleno, el interés del público por la escuadra de Lionel Messi se enfría.

«Si dudan de este equipo, mejor que no vengan», desafió el lateral brasileño Dani Alves, que días atrás ya había provocado al público: «A veces parece que jugáramos de visitantes».

Desafección, horarios, aburrimiento, falta de identificación o ausencia de estímulos. O un poco de todo eso. Los hinchas del Barcelona intentan explicar por qué tan pocos acuden a un estadio que hasta no hace mucho vivía cada partido como una fiesta.

El Camp Nou, un estadio con capacidad para 98.000 espectadores, presentó su mejor aspecto en la temporada 2011-12, cuando registró 75.158 de media. Pero los tiempos cambiaron y en toda una semifinal de la Copa del rey como la jugada el miércoles ante la Real Sociedad apenas 38.500 espectadores asistieron al Camp Nou.

No fue un hecho puntual, sino la confirmación de una tendencia observada en esta temporada. En los primeros 13 partidos jugados por el Barcelona en su estadio esta temporada hubo una asistencia media de 72.130 aficionados, pero en los últimos cinco bajó a una media de 48.450, que son 23.680 menos.

En la temporada actual, la asistencia media al Camp Nou es de 64.600 espectadores, 6.000 menos que hace un año, lo que provocó un debate inmediato y la búsqueda de causas, que parecen muchas.

El Barcelona tiene 85.000 abonados, hinchas que pagan entre 120 y casi 1.000 euros (entre 160 y 1.350 dólares) por tener su asiento toda la temporada y ver a un equipo que marcha segundo en la Liga española, está a un paso de la final de Copa y pasó fácilmente a los octavos de final de la Liga de Campeones. Pero resulta que no van al estadio. ¿Por qué? «Resulta difícil diagnosticar cuáles son los motivos de la desafección de la afición culé. Si el conjunto de Martino no emociona o se hace previsible su juego. Pero las gradas lo acusan», destacó hoy el diario «El País».

Para el técnico del Barcelona, Gerardo Martino, la culpa es de los horarios. Ante la Real Sociedad, el partido acabó cerca de la medianoche. «Si yo fuese aficionado del Barça, el partido fuera a las 10 de la noche y trabajara mañana, yo no vendría al Camp Nou», declaró el argentino al finalizar el encuentro.

Para ese encuentro, el club situó entradas cuyos precios iban desde los 24 hasta los 169 euros.

Otros opinan que el juego del equipo no seduce a una hinchada que hasta no hace mucho se rompía las manos de aplaudir el juego de los suyos. Ni siquiera los propios dirigentes del Barcelona parecen divertirse.

Así, fue muy sorprendente que el portavoz del club, Toni Freixa, escribiera tras el partido del miércoles en su cuenta Twitter: «Con pocos motivos para celebrar el juego del equipo, felicitémonos por el resultado y destaquemos a Pinto (arquero del equipo)». Pocos minutos después borró el mensaje, pero éste ya había corrido en las redes sociales como la pólvora.

Sin ídolos

Y si el fútbol vive en gran parte del efecto contagioso que provocan sus estrellas, cabe señalar que el Barcelona se quedó sin ídolos en este tramo de la temporada. Con Messi alejado del gol, Neymar lesionado y Xavi e Iniesta atravesando un bajo momento, los hinchas se quedaron momentáneamente sin un referente al que idolatrar.

Los hinchas del Barcelona son tradicionalmente fríos, muy lejos de la pasión del fútbol italiano, brasileño, argentino, inglés o alemán.

Muy lejos también de hinchadas como la del Sevilla o el Athletic de Bilbao.

En diez años de estrellato de Messi en el equipo, los seguidores del Barcelona no fueron capaces aún de crear un cántico para ensalzar y apoyar al jugador que compite por ser el más grande de la historia.

Es más, en el club se sigue debatiendo acerca de una «grada de animación», una fórmula para darle calor al estadio en cierto modo artificialmente.

El momento de depresión que vive el Camp Nou coincide con el ambicioso proyecto que prepara la directiva, que pretende invertir 400 millones de euros para remodelar el actual Camp Nou y ampliarlo a 105.000 asientos.

Los hinchas votarán el proyecto en un referéndum que se celebrará en abril. No parece el mejor momento, y más teniendo en cuenta que muchas voces discuten la llegada a la presidencia de Josep María Bartomeu tras la dimisión de Sandro Rosell.

Ajeno a esos detalles, Alves prefirió poner el foco sobre los hinchas del Barcelona: «La gente es muy pesimista en cuanto hay un mal resultado. Enseguida se enfrían. Tenemos que remar todos para el mismo lado. Los que no vienen al campo igual (quizás) no son tan culés. Todos tienen que poner de su parte».