Bradley Wiggins denuncia que sus hijos sufrieron acoso escolar por el caso Armstrong

Agencias

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Bradley Wiggins
Bradley Wiggins ENRIQUE CALVO

«Les preguntaban en el colegio si su padre era drogadicto», desvela el corredor británico

05 feb 2014 . Actualizado a las 21:35 h.

El británico Bradley Wiggins, ganador del Tour de Francia en el 2012, ha asegurado que tuvo que cambiar a sus hijos de colegio por el acoso que sufrían tras el escándalo de dopaje del estadounidense Lance Armstrong. Wiggins se convirtió en el primer británico en ganar la ronda gala, siete meses antes de que al corredor estadounidense le fueran anuladas sus siete victorias tras reconocer que se dopó durante ese tiempo.

El campeón británico afirmó que el incremento de su notoriedad pública en su país junto con el estallido del escándalo de dopaje de Armstrong hizo que la vida escolar de sus dos hijos fuera «horrorosa». «Ganar el Tour lo cambió todo», confirmó Wiggins a varios diarios británicos. «Me fui de casa casi como un desconocido y volví como el hombre del que más se hablaba en todo el país durante una semana», añadió el ciclista. «Fue duro para mí y mi familia, que también se vio afectada», continuó.

«Tras conocerse el asunto de Lance Armstrong, en enero, mis hijos empezaron a sufrir acoso escolar. Les preguntaban: '¿Tu padre es drogadicto? Ganó el Tour, así que ¿es igual que Lance Armstrong?'», desveló Wiggins. «Fue horroroso, tuve que cambiar a mi hijos de colegio y me sentía responsable en un momento en el que no pasaba por mi mejor momento anímico», señaló. «Pero un año más tarde todo cambió y me siento mucho mejor conmigo mismo», aclaró el campeón del Tour del 2012, que también aseguró que su relación con su compañero Chris Froome, vigente campeón de la ronda francesa, también mejoró y que ambos lucharán en la próxima edición de la carrera.

El ciclista británico, que se encuentra en Mallorca preparando la temporada, considera que dentro de ese grupo reducido se encuentra él mismo. «No hay muchos ganadores en la historia del Tour que fuesen limpios. Se podrían contar con los dedos de una mano. Muchos de los vencedores de la década pasada tomaron sustancias prohibidas para hacerse con el maillot amarillo», dijo Wiggins.