El Obradoiro busca un relevo de Minnerath de igual rango salarial

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

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El club evita echar las redes en la liga de desarrollo de la NBA porque tendría que abonar más de 40.000 dólares por la carta de libertad

17 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El Obradoiro Río Natura Monbus se afana en la búsqueda de un sustituto para Minnerath, pero fichar rápido, bueno, bonito y barato es casi como buscar la cuadratura del círculo. De hecho, los tres intentos realizados hasta la fecha han sido infructuosos. El club apuntó alto y no consiguió hacer diana, bien porque no pudo llegar a las pretensiones económicas del jugador en cuestión o bien porque tiene contrato en vigor y no consiguió la carta de libertad.

En su momento el Obradoiro estuvo atento a la situación de Pete Mickeal que, precisamente, debutará este domingo frente al colectivo de Moncho Fernández. El alero americano solo estaba dispuesto a firmar por un mes, y pedía más de 30.000 euros. Y en Sar ni alcanzaban esas cifras ni querían arriesgar por un período de tiempo tan corto. En Murcia, sin embargo, sí tenían ese margen económico de maniobra y el club consideró interesante la operación, a pesar de la temporalidad. Que resulte caro o barato dependerá del balance del equipo pimentonero durante su estancia en Murcia.

Como quiera que Minnerath no estaba contento en el equipo y que el Obra esperaba un mejor rendimiento del americano, el hecho de que le surgiese una oferta del Le Havre precipitó los acontecimientos y ya nunca se sabrá si hubiese acabado el curso en Compostela.

Hace dos años, Kendall tenía casi los dos pies fuera del equipo y Songaila estaba muy cerca de recalar en Santiago. Pero el lituano tardó en conseguir la carta de libertad, el canadiense elevó sustancialmente sus prestaciones y una permuta que estaba cantada finalmente no se llevó a cabo.

Escenario austero

Ahora Minnerath ya no está y el club necesita buscar un relevo, pero el dinero que maneja es escaso: el que deja libre el pívot. Su rango salarial en la actual plantilla estaba en la zona media. De hecho, cinco compañeros cobran más que él.

El Obradoiro trata de no precipitarse en busca de un mirlo blanco. Como sucedió tras el ascenso a la ACB, en plena confección de la plantilla, cuando se le puso a tiro Stephane Lasme, que venía de dejar atrás una larga lesión y necesitaba ponerse en el escaparate. Es el jugador más caro del club desde que regresó a la ACB, bastante por encima de los 200.000 dólares.

Por debajo de la cotización de Lasme llegó el pasado curso Robbie Hummel, después de superar dos lesiones de rodilla. Antes de los percances, su proyección apuntaba claramente hacia la NBA. Y tras un año en Sar, se ha hecho un hueco en los Timberwolves.

Por debajo del rango salarial de Hummel aterrizó Minnerath el pasado verano en Lavacolla. En este caso, el club hizo una apuesta como la que en su día realizó el Rosalía con Oleson. Con el alero de Alaska las expectativas se vieron ampliamente superadas; el pívot de Massachusetts no terminó de adaptarse. El dinero que deja de percibir tras su marcha al baloncesto francés es el disponible para un sustituto.

Y no es mucho. De hecho, el club ni siquiera se plantea buscar en el caladero que podría ofrecerle más alternativas, el de la D-League, la llamada liga de desarrollo de la NBA. De ahí llegó en su día Paul Davis. Pero ahora, como entonces, hay que pagar un canon para traer a cualquier jugador de esta liga, el llamado «buy out», que oscila entre los 40.000 y los 50.000 dólares. Y, aparte, el salario convenido con el elegido. Es la vía que acaba de seguir el Cajasol para firmar a Landry. En Sar, sin embargo, a 17 de enero las arcas no están para un desembolso de ese calibre.

Frente al Murcia, salvo fichaje relámpago como fue en su momento el de Lasme, no habrá caras nuevas en el equipo. El criterio es apurar a la espera de que entre en la órbita algún jugador contrastado. De momento, los tres primeros intentos han hecho agua.

En la temporada 2009/10 el Obradoiro lo intentó con el fichaje de Massey. No solo no acertó sino que acabó convirtiéndose en el jugador más caro de la historia del club. Después llegó Paul Davis, que hizo buenos números pero que no consiguió que fuesen acompañados de victorias. En la campaña 2005/06, en cambio, el Granada encontró oro en el fichaje de Curtis Borchardt. Una oportunidad así es la que anhela el Obra.