Alicia Conde, estandarte del escindido Vigo Rías Baixas, confirma su progresión colgándose dos medallas en el Campeonato Gallego de invierno
04 ene 2014 . Actualizado a las 18:00 h.La nadadora Alicia Conde (Vigo, 1998) se inició en la piscina con cursillos para bebés cuando tenía solamente dos años. Trece más tarde, acaba de colgarse dos medallas (bronce en los 200 y los 800 metros libres, más un quinto puesto en los 400) en el Campeonato Gallego de Ferrol que se suman a una ya larga lista de éxitos previos. Asegura que apenas aguanta más de un par de días sin lanzarse al agua y que, a estas alturas, allí se siente como en casa.
«Si no voy a la piscina, no soy yo. Es algo que me encanta», dice sobre la actividad que realiza durante cuatro horas diarias seis jornadas por semana. No oculta que le supone también grandes sacrificios: «A veces se pasa mal en los entrenamientos, hay días de acabar hasta llorando del sufrimiento. Pero tiene que ser así, porque es la manera que tienes para luego poder hacerlo bien en competición. Siempre compensa».
Conde pertenece al Club Natación Vigo Rías Baixas, que nació de la escisión del Galaico, al que pertenecía la joven. Fue un cambio duro para ella. «Lo pasé muy mal. Llevaba desde los doce años entrenando con Alejandro Brea, Quillo, que fue todo para mí, un segundo padre en lo personal y en lo deportivo», relata. Asegura que hasta que empezó con ese técnico no había conseguido «nada» y que él resultó clave para que empezara a destacar. «Creyó en mí e hizo que yo también creyese», recuerda agradecida.
Tras las dificultades iniciales que le causó la nueva situación, ahora se siente «muy contenta» con su nuevo preparador, Quique Pérez, con quien trabaja desde el pasado septiembre. Y, pese a que el listón estaba alto, ha seguido consiguiendo grandes logros a base de rebajar sus marcas, como los metales del pasado fin de semana. «Lucho mucho para hacerlo bien y mejorar mis tiempos. Además, competía con una olímpica como Bea Gómez, que era algo que me motivaba mucho. Estoy muy satisfecha», cuenta.
Otro de sus logros más recientes es la participación el pasado mes de noviembre en el Campeonato de España de piscina corta, donde coincidió con su «ídolo», la medallista olímpica Mireia Belmonte. «Le pedí un autógrafo y nos intercambiamos los gorros. Fue muy especial verme compitiendo rodeada de gente tan buena», describe.
Estudiante sobresaliente
Alicia estudia 4º de la ESO y puede presumir de haber terminado el curso pasado con una media sobresaliente (9,3). También la natación le motiva para sacar adelante los estudios con tan excelentes resultados: «Necesito buenas notas para las becas», señala. Pero no siempre es fácil mantener el ritmo. «Tengo que organizarme mucho para compaginar las dos cosas y dejar de hacer otras», reconoce. Entre ellas, estar más tiempo con su familia y amigos: «Tengo que renunciar a estar con ellos, pero haciendo otras actividades diferentes, porque para mí la gente de la piscina son también mi familia y mis amigos», comenta la nadadora. «Me gusta muchísimo esto y gustándote algo, esos sacrificios no importan. La natación me da momentos muy bonitos».
Su objetivo inmediato no es otro que «bajar las marcas a tope y seguir trabajando duro», la consigna que repite una y otra vez y donde cree que está el secreto de todo. También se propone «mejorar los virajes, porque a poco que lo haces, se nota mucho en el tiempo final».
La temporada todavía está comenzando, y eso hace que haya un gran margen de mejora: «Para que se note todo el trabajo tiene que pasar más tiempo, sobre mayo o así», dice. Eso, sumado a la circunstancia del cambio de entrenador, da todavía más valor a sus logros, que espera que sean solo el principio. «Me gustaría optar a alguna competición importante, como un Europeo. Y la semana que viene espero que me vuelva a convocar la selección gallega. Pero hay que seguir trabajando, nunca se sabe».
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