Neymar reprime la revancha de Villa

Amador Gómez / Colpisa

DEPORTES

Alberto Martín

El Barça confirma su favoritismo frente al Atlético gracias a un tanto del crack brasileño tras una lección de Simeone y un golazo del «Guaje»

22 ago 2013 . Actualizado a las 11:37 h.

Los títulos los suelen decidir los grandes futbolistas. Los goleadores. Las estrellas. Y para eso están Villa y Neymar. Durante más de una hora disfrutó el delantero asturiano de su particular revancha frente al Barça, al culminar con un golazo la lección dada por Diego Simeone al campeón de Liga en un enorme partido defensivo del Atlético.

Pero Neymar se encargó de reprimir la venganza del Guaje con un tanto que confirma el favoritismo del Barcelona para conquistar la Supercopa, porque el gol del crack brasileño tiene en teoría mucho valor. Con Simeone el Atleti sabe usar muy bien sus armas contra el toque del Barça y, además de asustar al contragolpe, está ahora mejor físicamente que los azulgrana, pero ante tanto talento no pudo sobrevivir sin encajar un gol. El éxito no pudo ser completo para el Atlético, pero queda la vuelta y aún debe tener esperanzas, porque le dio un repaso defensivo de consideración a un Barça desconocido, sin espíritu y sin ideas en la primera parte, al que en ese período no le sirvió de nada el balón. Con Neymar en el banquillo y Messi, Xavi e Iniesta anulados, no sufrieron casi nada los rojiblancos, que se llevaron cada balón dividido y tejieron en el medio campo una telaraña en la que quedaron atrapados los azulgrana. Simeone reforzó la medular con Diego Costa tirado a la derecha, no solo para pelear sin descanso, sino para tapar con éxito las subidas de Jordi Alba, y el Atlético fue durante 65 minutos un equipo insuperable para un Barcelona que apenas pudo disparar una vez a puerta en la primera mitad. El 'Atleti' también lo hizo una vez, pero lo hizo para marcar con un contraataque de libro resuelto con un golazo de volea con la derecha de Villa. El delantero de los cinco millones que siempre marca a sus exequipos propinó el primer golpe al Barça y, como había anunciado, lo celebró con rabia. Con mucha rabia. Como la que desplegaron todos los jugadores rojiblancos, espoleados por la disposición táctica de Simeone, que consciente de las limitaciones de su equipo cambió a jugadores de sitio y dejó que el Barça tocase hasta desesperarse, sin disponer de oportunidades. El técnico rojiblanco y sus futbolistas llevaron el partido a su terreno desde el inicio y dejaron que el Barcelona cayera en su trampa.

El Atlético estuvo siempre muy cómodo, y mucho más cuando se adelantó tan pronto en el marcador. A base de presión, casta y físico, el muro rojiblanco fue infranqueable para el mejor equipo del mundo. Los colchoneros mantuvieron siempre a raya al equipo de Martino y a base de intensidad, brega y concentración defensiva, convirtieron al decepcionante Barça en un equipo casi vulgar. Mucha posesión pero nada más. A Messi, que ya no aparecería tras el descanso, por precaución a causa de una contusión en el muslo -si no, no se hubiera entendido tal decisión de Martino-, no se le vio en los primeros 45 minutos. Tampoco a Xavi, muy mal de forma.

Y por si fuera poco para los azulgrana nadie abría el juego por las bandas ni tenía capacidad de desborde.

Los rojiblancos se fueron creciendo y cuando tuvieron que embarullar el partido también lo hicieron. Así no había manera para el Barcelona, encerrado en una maraña y sin ninguna movilidad. El Atlético, en cambio, lo daba todo por cada pelota y el duelo tomó un color rojiblanco muy preocupante para el conjunto catalán. Si el 'Atleti' conseguía mantener su capacidad física, porque su entusiasmo era evidente que sí, el Barcelona ya podía rezar por no regresar al Camp Nou con una derrota más amplia.

Y Tata Martino sin capacidad de reacción en el banquillo, mientras Simeone arengaba a los suyos por si lo había hecho ya suficientemente en el vestuario.

Tampoco pusieron de su parte los jugadores azulgrana, obcecados en entrar por el centro en cada ataque, y con profundidad nula.

Vivían muy cómodos los rojiblancos en su campo y con esa estrategia defensiva que tan buen resultado les estaba dando no existía cansancio.

Sí parecían tenerlo los azulgrana. Físico, y cada vez más mental, comprobando que era imposible entrar y sorprender a una zaga tan empeñada y preparada para la destrucción y para cortocircuitar el talento visitante. Frente al Barcelona tan horizontal estaba el Atlético vertical. Con Villa solo arriba. Suficiente para matar. Solo cinco minutos después de abrir el marcador el asturiano dio otro gran susto a Piqué y Mascherano y tuvo su oportunidad para el segundo gol. El Calderón se frotaba los ojos.

El todopoderoso Barcelona estaba a merced de un Atleti entusiasmado, pero el sueño iba a durar poco más de una hora.

Lo normal era que no tardase en salir Neymar, que pese a no estar aún adaptado, siete minutos después de saltar al campo certificó con un gol una de las escasas conexiones del Barcelona. Para eso están los cracks como Neymar. Andaba todavía el Barcelona medio atolondrado y el Atlético dando algún picotazo de medio campo hacia delante, pero en uno de los contados errores defensivos de los de casa, apareció la cabeza del genio, que aunque no remató bien le valió para batir a Courtois.

Atlético, 1 Barça, 1

Atlético: Courtois, Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis, Diego Costa (Cristian Rodríguez, min. 79), Mario Suárez, Koke (Óliver Torres, min. 72) Gabi, Arda Turan (Baptistao, min. 75) y Villa

Barcelona: Valdés, Dani Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba, Xavi (Song, min. 89), Busquets, Iniesta, Alexis, Messi (Cesc, min. 45) y Pedro (Neymar, min. 59)

Árbitro: Undiano Mallenco (Navarro). Tarjetas amarillas a Juanfran, Filipe Luis, Busquets, Mario Suárez, Jordi Alba y Neymar. Perdonó la segunda amarilla a Busquets en el minuto 64

Goles: 1-0. Minuto 12. Villa resuelve un contraataque a pase de Arda Turan

1-1. Minuto 66. Neymar, de cabeza, tras un centro de Dani Alves

Incidencias: Partido de ida de la Supercopa de España 2013, disputado en el Vicente Calderón. Casi lleno. 54.000 espectadores. El Barça estrenó la segunda equipación, la de la senyera, en partido oficial