Lendoiro azuza a la afición contra los administradores concursales

a coruña / la voz

DEPORTES

Intenta desviar sobre los gestores la culpa de la dramática situación en la que él ha puesto al club

19 ago 2013 . Actualizado a las 11:20 h.

Lendoiro mantiene una estrategia clara. Él no tiene la culpa de nada de lo que pasa al Deportivo. Por tanto, se trata de buscar un chivo expiatorio al que cargar con las culpas de la situación. En este sentido hace días que ha agudizado su presión sobre los administradores concursales, a quienes achaca, incluso, ser los responsables de la salida de Bruno Gama, entre otros futbolistas blanquiazules.

Manejando un discurso populista, está intentando convertir a Julio Fernández Maestre y a Francisco Prada en una especie de diabólicos enemigos del deportivismo que solo quieren perjudicar a la entidad. Lendoiro, sabedor de que en el mundo del fútbol hay motos que se compran muy baratas, ha conectado con algunos sectores hasta el punto de que el pasado viernes un grupo de unos veinte aficionados se dieron cita en el portal del despacho de Maestre en A Coruña con la intención de presionarle en su labor en el Deportivo. Durante la concentración alguien escribió una pintada en la pared con una grave amenaza: «Vamos a por ti».

«Filtración»

Lendoiro busca desviar la atención, pero se le ve el plumero. Respecto a la marcha de Bruno Gama acusó a los administradores concursales de obligarle a dejar ir al jugador, obviando el tope salarial y lo establecido en el contrato del luso. Tras el partido de Las Palmas el club lamentó que una «filtración» había saboteado la posibilidad de la entidad de hacer un mayor negocio: «El Deportivo tenía dos opciones con Bruno Gama: o aceptar su salida, como finalmente ha sido, o comprar los derechos del futbolista a los otros propietarios. La filtración de esta exigencia que tenía el club de dejar salir sí o sí al jugador portugués obstaculizó una posible negociación sobre un traspaso, que seguro que hubiese podido incluso ser más beneficiosa para el Deportivo».

Esa «filtración» se trata, en realidad, de una frase pronunciada por el propio Lendoiro en la rueda de prensa de presentación del centrocampista polaco Wilk, quien aún no ha debutado con el cuadro coruñés. «Nos obligan a la salida de Bruno Gama, nos obligan a la salida de Zé Castro y nos obligan a la salida de Assunção», reveló de forma sorprendente, pues si bien se conocía que el club buscaba salida a estos dos últimos futbolistas (uno renovado recientemente y otro fichado poco antes de que el club entrase en concurso), el discurso oficial había evitado referirse a Gama.

El presidente del Deportivo no cita, en cambio, la existencia de un tope salarial, impuesto por la Liga de Fútbol Profesional, en cinco millones de euros para la plantilla y el cuerpo técnico. Por este motivo, los administradores deben rechazar la entrada de nuevos futbolistas, mientras las nóminas de la plantilla no vuelvan a equilibrarse. Una situación, la de la ruina económica del club, que no responde a la gestión de Prada y de Fernández Maestre, sino única y exclusivamente a las decisiones tomadas por Lendoiro, que han llevado al club al borde de la desaparición y condicionan por completo su día a día.