El relevo ruso de 4x400 reivindica los derechos homosexuales en el podio de Moscú

La Voz / Agencias

DEPORTES

GRIGORY DUKOR

La imagen llega poco después de que la IAAF prohibiese a una atleta competir con las uñas pintadas de arco iris

18 ago 2013 . Actualizado a las 19:11 h.

Los Mundiales de Moscú siguen marcados por la polémica con la política rusa sobre los derechos de los homsexuales. El estadio Luzhniki vivió una jornada brillante para los suyos, con oro en el salto de altura femenino y, sobre todo, con la sorprendente victoria del relevo 4x400 femenino. Las atletas rusas sorprendieron al imponerse a las estadounidenses y a las británicas con un tiempo de 3:20.19 y llevaron el delirio a los aficionados de Moscú. Pero lo mejor quedó para la ceremonia de las medallas. Kseniya Ryzhova y Tatyana Firova se fundieron en un beso en la boca que dará la vuelta al mundo, en un claro mensaje de tolerancia al gobierno de Putin.

Las relevistas responden así a la mayor estrella del atletismo ruso, Yelena Isinbayeva, que después de lograr su tercer título mundial de salto con pértiga en Moscú, se manifestó a favor de la ley que prohíbe en su país la «propaganda» homosexual. «Vivimos hombres con mujeres y mujeres con hombres», dijo Isinbayeva, que posteriormente echó la culpa a su inglés ante las críticas de toda la comunidad internacional.

La icónica imagen se produjo horas después de que la sueca Emma Green -Tregaro fuera obligada a pintarse las uñas de color rojo para competir en la final de salto de altura del Mundial de atletismo y renunciar a hacerlo con los colores del arcoíris, como había hecho el jueves en un gesto de apoyo a la comunidad homosexual rusa.

«Nos contactó de manera informal la IAAF (Federación Internacional de Atletismo) para decirnos que se trataba por definición de una violación de los reglamentos. Hemos informado a nuestros atletas», declaró Anders Albertsson, secretario general de la Federación Sueca de Atletismo. «El código de conducta es claro, el reglamento no permite ninguna declaración comercial o política durante la competición», añadió

Albertsson también afirmó que no había ejercido ningún tipo de presión sobre la atleta para que cambiara el color de sus uñas. «Si ella sabe que se expone a contravenir las reglas, es su decisión. Nosotros no tenemos nada que decir a la manera en que se pinte las uñas», afirmó el directivo sueco. Green quedó quinta, cerca de la medalla de bronce, que fue para la rusa Anna Chicherova y la española Ruth Beitia.