Las mujeres brillaron en el Mundial de natación de Barcelona

Colpisa

DEPORTES

ANDREU DALMAU

España sumó sus doce medallas en la selección femenina y Katie Ledecky y Missy Franklin fueron las grandes estrellas

05 ago 2013 . Actualizado a las 20:51 h.

El Mundial de natación Barcelona 2013 se ha grabado en la retina de la natación española como el mejor momento de su historia. Doce medallas, trece finales y dieciocho récords de España han alumbrado en dos semanas fructíferas el trabajo de varios años y un proyecto de esperanza. No obstante, la mayor parte de los focos se dirigieron hacia las mujeres de la selección española porque ellas protagonizaron los éxitos y momentos de alegría que solo rozaron los chicos.

Ante todo, el éxito del deporte femenino local se encarnó en Mireia Belmonte. La badalonesa, asmática y alérgica al cloro, superó de nuevo sus limitaciones naturales para confirmarse como la mejor nadadora española de la historia. Después de solo siete meses de preparación, la actual deportista de la UCAM saltó al agua en quince ocasiones para colgarse dos platas (200 metros mariposa y 400 m. estilos) y un bronce (200 m. estilos) en sus seis finales. Acabó «un poco mareada» por el esfuerzo pero con el recuerdo imborrable en su cabeza del apoyo y la devoción del público del Palau Sant Jordi.

No obstante, la principal figura de los españoles contó con una telonera de lujo. Melani Costa logró la primera medalla de la natación en línea del campeonato en los 400 m. estilo libre y enseñó el camino. La balear, que no contaba con una beca ADO a pesar de ser campeona mundial en piscina corta, superó el estrés que la atenazó en Londres para convertirse en la primera medallista mundial nacida en territorio español. Por entonces, las chicas de la sincronizada habían multiplicado hasta siete sus presencias en el podio. La renovación del equipo de las bailarinas acuáticas rebasó la sombra de Anna Tarrés. Sin Andrea Fuentes, quien abandonó el equipo a menos de siete meses del campeonato, Ona Carbonell asumió el papel de artista principal de un conjunto que pisó los escalones del podio solo por detrás de las rusas y las chinas. Los triunfos y el éxito de público en Barcelona añadieron una gran dosis de autoestima para el futuro del grupo después de las dudas

Una receta diferente permitió el único oro en unos campeonatos que agrupan hasta cinco deportes diferentes: natación, natación sincronizada, natación en aguas abiertas, saltos y waterpolo. Precisamente el equipo femenino de waterpolo prolongó el trabajo que las había alzado como subcampeonas olímpicas para, un año después, lograr la primera plaza mundial. Las de Miki Oca trasladaron su brío y ánimo fuera de la cancha a la pileta de Picornell para coronar el estilo habilidoso y rápido hasta el paraíso del éxito. Además, Jennifer Pareja fue premiada como la mejor jugadora del torneo y Laura Ester como la mejor guardameta.

El papel de los hombres resultó menor en condecoraciones respecto al de sus compañeras, aunque participaron de las mejoras de las marcas personales de más de la mitad de la delegación española en Barcelona 2013. El cuarto puesto de Aschwin Wildeboer en 50 m. espalda, el quinto del equipo de waterpolo y la final de Javier Illana en saltos de trampolín dejaron un sabor agridulce. El nadador no pudo dedicar una medalla a su padre y mentor enfermo, el conjunto de Rafa Aguilar dejó al descubierto un proyecto que perderá al menos a cuatro de sus deportistas para el siguiente ciclo y el saltador alcanzó su mejor puesto (sexto) en una modalidad en la que es un solitario pionero. Por su parte, Rafa Muñoz tampoco recuperó la imagen de aquel récord mundial que estableció en 50 m. mariposa en 2009 ya que ni siquiera sacó plaza en una final.

Duelo Lesecky-Franklin

En el ámbito mundial, también las mujeres restaron protagonismo a los varones. Katie Ledecky, con 16 años, y Missy Franklin, con 18 primaveras, discutieron por el trono de reina. La primera se llevó el título oficial con su triplete en las pruebas de fondo, el relevo 4x200 y las plusmarcas mundiales del 800 m. y del 1.500 m. con su personal tiranía en las pruebas. Pero quien imprimió una mayor impronta en el público fue Franklin. La joven aspirante a ocho oros debió conformarse con seis en la mayor proeza de los campeonatos desde las seis victorias de la alemana oriental Kristtin Otto (señalada posteriormente por sus entrenadores como beneficiada del programa de dopaje de la R.D.A.). El misil norteamericano de 1,85 metros de altura y un número 47 de pie agigantó la imagen que irrumpió en los Juegos Olímpicos de Londres y se ha convertido en la mayor aspirante a heredar el hueco dejado por Michael Phelps.

Quien no cumplió con las expectativas fue Ryan Lochte. En otra época designado como el sucesor de Phelps, ahora dedica más su tiempo a la promoción del deporte en la televisión. En el Palau debió conformarse con tres oros y una plata para ayudar al dominio de Estados Unidos en el medallero. En cambio, emergió más alto Sun Yang. El chino, de 21 años, tomó el bastón de mando con autoridad en las pruebas de fondo con tres oros y lideró al relevo del 4x200 para rescatar un bronce. Pero además rompió con el esquema del deporte impulsado por Pekín porque mejoró sus éxitos de Shanghái 2011 después de deshacerse de su estricto técnico, abandonar los entrenamientos durante un mes para pasar más tiempo con su novia azafata y preparar su recuperación en Hong Kong con el resto de la delegación. Así, Yang ganó el reto al gigante asiático, recibió el premio como mejor nadador del campeonato y justificó la perspectiva del auténtico sucesor de Phelps como dominador de las aguas