La noche comenzó con una mezcla de opuestos. La presentación de la nueva pareja y el recuerdo del ausente Tito Vilanova. La expectación por el novedoso Martino y el homenaje al legendario Ramallets, ante los 81.000 espectadores.
El equipo básico del mejor Barça saltó al campo junto al renacimiento de la presión en campo contrario que implantó Guardiola y ha resucitado Martino. Así, al toque como arma y a la inspiración del Messi más fresco los futbolistas azulgranas han añadido el ingrediente de la voracidad. Pedrito, Messi y Alexis se lanzaron sobre la defensa brasileña y fabricaron en apenas 20 minutos tres goles de certeros contragolpes.
El juego de precisión del triángulo Busquets-Iniesta-Xavi no se hizo necesario para desequilibrar el duelo.
La segunda parte sirvió el plato fuerte de la noche. Neymar entró al campo para compartir correrías con Messi mientras Martino guardó en el banquillo a sus emblemas recién llegados de vacaciones (Valdés, Alves, Piqué, Jordi Alba, Xavi, Busquets, Iniesta y Pedrito). El brasileño se situó en la banda izquierda y el argentino como falso delantero. El dúo apenas tuvo tiempo para la conexión en los quince minutos en que coincidieron sobre el césped del Camp Nou
Con el astro argentino en el banquillo, los focos apuntaron al paulista. Pero el público debió conformarse con un disparo al larguero y un pase de gol para Cesc en una segunda parte que monopolizó el canterano pulido en el Arsenal.
Goleada con la presentación de una incipiente estrella, un homenaje a Ramallets y una portería inmaculada.