Fernando Alonso ya no oculta su disgusto con Ferrari y Montezemolo le reprende

Agencias

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El asturiano se queja de la falta de evolución de su coche en otro año con dificultades en la escudería italiana

29 jul 2013 . Actualizado a las 22:41 h.

Fernando Alonso oculta cada vez menos su malestar hacia su equipo, y todas las dudas giran en torno a una: ¿Será capaz Ferrari de recuperar el terreno perdido con Lotus, Mercedes y sobre todo Red Bull? El mismo coche con el que ganó en Montmeló. O peor: el mismo monoplaza con novedades que no sólo no le han hecho mejorar, sino que le han hecho perder mucho más que ganar. Eso es lo que ha dejado Alonso, que este lunes cumple 32 años, aparcado en el garaje de Maranello antes de irse de vacaciones de verano. Desde que ganara el Gran Premio de España, Alonso ha ido cuajando actuaciones más o menos buenas, al menos óptimas.

Hungaroring se presentaba como un buen escenario donde, al menos, mantenerse en la lucha del Mundial de fórmula 1 con Sebastian Vettel. Llegaba segundo, a un mundo de distancia de Vettel, pero segundo al fin y al cabo. Del trazado magiar, Fernando Alonso ha salido tercero, a 39 puntos: lo que, a efectos prácticos, es carrera y media de desventaja. ¿Qué ha ocurrido en ese tiempo? ¿Qué ha sido del F138 que tan buenas sensaciones arrancó al inicio del campeonato, que se ha llevado dos victorias por méritos propios y no de rebote? Y sobre todo, ¿por qué ha ocurrido eso? Son preguntas que conducirían a la misma conclusión: Fernando Alonso se encuentra tercero en la clasificación, cuenta con el cuarto coche en la parrilla y cada carrera que pasa es más irreal pensar en la victoria. Las palabras del español nada más bajarse de ese F138 en el paddock del Hungaroring fueron demoledoras: «Llevamos cuatro años a medio o un segundo de Vettel». Traducido: desde que ha fichado por Ferrari en el 2010 se ha enfrentado a un titán imbatible.

Ferrari lleva padeciendo muchos años el mismo problema: el inmovilismo. La reacción, cuando ha llegado, ha sido tardía. El mejor ejemplo es el año pasado, cuando el F2012 nació prácticamente muerto y sólo las novedades que llevaron a los test previos a Montmeló sirvieron para que Alonso -que no Massa- pudieran pelear por los puestos de arriba. No obstante, a partir de ahí, falló la regularidad: mientras Vettel no falló, Alonso sí lo hizo. Y, como en el 2010, se quedó con la miel en los labios.

La temporada 2013 va por el mismo camino. O peor, está empezando a tornar en el 2011, cuando se hacían cuentas para saber en qué gran premio iba a descorchar el champán de campeón Sebastian Vettel. El alemán ya ha quemado un comodín, con el cero de Silverstone, y aunque desde entonces ha brillado con menos luz de la que le gustaría, lo cierto es que tiene una ventaja muy cómoda sobre sus rivales. Pero, a diferencia del 2010 o el 2012, Fernando Alonso y Ferrari se han encontrado con una pérdida de competitividad muy preocupante con respecto a sus rivales. Lotus y Mercedes, a día de hoy, están por delante. Ferrari es el cuarto equipo. Así de simple, así de duro. Alonso repitió el mantra de otras carreras: si ganan tres o cuatro grandes premios, estarán en la pelea. No obstante, también calificó de «milagro» estar estos años peleando por el título hasta la última carrera. Y, ya se sabe, los milagros no suelen repetirse en exceso.

Reprimenda del jefe de Ferrari

Las quejas de Alonso no cayeron en saco roto. El presidente de la escudería italiana Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, le dio un aviso al piloto español, pidiéndole más calma y que mire por el equipo antes que por sus intereses personales. Mediante un comunicado divulgado en su página web, Ferrari informó de la reunión que Montezemolo mantuvo con los técnicos y el director deportivo de la escudería, Stefano Domenicali, para analizar la situación del equipo, al que pidió un «inmediato cambio de registro» para empezar a luchar por la victoria desde ya.

Asimismo, el presidente de Ferrari llamó por teléfono a Alonso para felicitarle por su cumpleaños y para «tirarle de las orejas» por unas declaraciones que «no han gustado ni a Montezemolo ni a todo el equipo», según indicó la escudería. «A todos los grandes campeones que han pilotado para Ferrari siempre se les ha pedido que antepusieran los intereses del equipo a los personales», dijo Montezemolo en unas declaraciones literales recogidas en la web de Ferrari. «Éste es el momento de mantener la calma, evitar polémicas y aportar con humildad y determinación la contribución de cada uno, estando cerca, en la pista y fuera de ella, del equipo y sus hombres», añadió. El presidente de Ferrari apostó además por «cerrar filas» en la escudería, sin dejarse llevar por «desahogos que, aunque comprensibles en la inmediatez de un resultado negativo, no benefician a nadie».

El rumor de Fernando Alonso

El parón veraniego no llega en el mejor momento. Ferrari necesita muchas horas de trabajo y mucho que reflexionar. No hay que tirar la toalla aún, ya que Alonso aún tiene opciones matemáticas para llevarse el título y mientras haya vida, hay esperanza. Dicho lo cual, no hay que olvidar que la FIA, por norma, prohíbe el trabajo de fábrica en durante la parada de estee mes. Son unas vacaciones impuestas justo cuando más horas extra habría que hacer en Maranello.

Y para ponerle picante a los días que quedan hasta el Gran Premio de Bélgica, en uno de estos giros de guión que tanto gustan a los periodistas, ha saltado la madre de todos los rumores: Alonso a Red Bull. Todo comenzó con una foto, publicada por el diario alemán Sport Bild, en la que se veía a Luis García Abad, representante del piloto asturiano, conversando animadamente con Christian Horner, jefe de Red Bull, con Carlos Sainz, bicampeón del mundo de rallies, como tercer integrante de la instantánea

Desde Inglaterra se han subido al carro, y ya se ha escrito que Alonso se está pensando pagar la cláusula de rescisión del contrato que le ata a Ferrari hasta el 2016 para ganarse su libertad y poder fichar por Lotus. El hecho de que Alonso haya repetido hasta la saciedad que quiere retirarse de rojo ha sido convenientemente obviado. El propio piloto, lejos de negarlo de manera tajante, ha alimentado el fuego con un leño más. Cuestionado por este rumor, el español ha respondido sin responder: «Nada que decir».