Cavani firma por el PSG a cambio de 64 millones

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DEPORTES

CHARLES PLATIAU

El uruguayo deja el Nápoles para convertirse en el fichaje más caro de la historia en Francia

16 jul 2013 . Actualizado a las 21:36 h.

A pesar de un retraso de horas en su presentación oficial, una nueva estrella se integra ya en la galaxia del París Saint-Germain del magnate catarí: el matador uruguayo Edinson Cavani, quien cuenta con todo lo necesario para enloquecer al Parque de los Príncipes: sentido de gol, de equipo y carisma. Firma por cinco temporadas, percibirá en torno a 10 millones anuales y el coste de su traspaso asciende a 64, lo que le convierte en el fichaje más caro de la historia de la Ligue 1, por encima de los 40 millones que el propio club parisino pagó al Milan a por el brasileño Thiago Silva, ahora pretendido por el Barça.

Cavani es el segundo goleador de la Serie A italiana que llega a París, tras la adquisión del sueco Zlatan Ibrahimovic, exjugador del Milan, por decisión del brasileño Leonardo, director deportivo del club capitalino hasta septiembre. Esto demuestra la evolución geopolítica del fútbol en ambas vertientes de Los Alpes. El brasileño se despide de su club dejándole una nueva perla. Cavani es implacable en el área y, con sus 29 goles en la temporada anterior, llevó al Nápoles al subcampeonato italiano. Con un look a lo Jesucristo con el que imita a Batistuta, su ídolo, es miembro de la Iglesia Evangélica

En tres años, Cavani anotó 104 goles para el equipo de la gran ciudad del sur de Italia y alcanzó una popularidad solo comparable a la de Diego Maradona. Los tripletes ante la Juventus de Turín y el Milan lo hicieron ídolo en el estadio de San Paolo, en el que aún resuena su nombre. El narrador entonaba siete veces su nombre tras cada gol para que el estadio rugiera. A sus 26 años, Cavani es un jugador completo, «un delantero como lo exige el fútbol moderno», lo describe el seleccionador azzurro, Cesare Prandelli. Goleador excepcional, también participa activamente en el repliegue de las líneas de su equipo.

Mejor jugador de Uruguay ante Brasil, en las semifinales de la pasada Copa de las Confederaciones (derrota 2-1 de los charrúas), anotó un gol espléndido y marcó a Marcelo en su propia área con autoridad. Su potencia atlética aliada a su eficacia ante el gol lo hicieron estrella absoluta del Nápoles de Walter Mazzarri, quien se fue al Inter de Milán. Pero Cavani no es un goleador egoísta, sino que es un gran pasador decisivo y muy buen asistente para sus compañeros.

Ahora tendrá que buscar su lugar en un PSG en el que Ibrahimovic no cederá fácilmente el suyo de hombre de punta. En París, Cavani se encontrará con su amigo argentino Ezequiel Lavezzi, quien integraba ese trío demoledor del Nápoles junto al eslovaco Marek Hamsik, y la complicidad entre ellos no escapó al entrenador Laurent Blanc, fervoroso partidario de reclutar al uruguayo. La fuerza de la comunidad italiana en el PSG ayudará a la integración de un jugador que llega solo a París, tras separarse recientemente de su esposa María Soledad, con la que tiene dos hijos.

Sus puntos débiles son menores. Quizás no sea todo lo eficaz que podría desde el punto de penalti, puesto que en las dos últimas temporadas erró cinco de sus 19 lanzamientos, pero Cavani es un goleador casi de la talla del argentino Lionel Messi y el portugués Cristiano Ronaldo, y a nivel del brasileño y del colombiano Radamel Falcao, con el que se encontrará en los campos franceses. Mientras Cavani era presentado en París, en la web oficial del Nápoles todavía lucía su figura junto a Hamsik.