Todos están hartos

Fernando Hidalgo Urizar
Fernando Hidalgo EL DERBI

DEPORTES

13 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La plantilla del Deportivo es un polvorín. Lendoiro ya no tiene crédito, el tiempo avanza y nos vamos acercando al 31 de julio, una línea roja sobre la que no hay vuelta atrás. La plantilla denunció ante la AFE, confiada en que las cosas se iban arreglar. Pero si la situación no se soluciona, la denuncia ante la AFE se transformaría en un descenso administrativo.

Los futbolistas se vieron envueltos en una encrucijada compleja. Por un lado, para garantizarse el cobro de la deuda se vieron obligados a denunciar. De esta manera, podrán cobrar del fondo de garantía en el caso de que el club no sea capaz de cumplir con las obligaciones. Pero para cobrar el dinero, darían una estocada de muerte a su club.

Por todo ello, cuando Lendoiro dijo que en el Deportivo había más dinero del que se necesita, la indignación llegó a la plantilla, amén de a los empleados de la entidad, que ven como prácticamente el único que cobra su sueldo es Lendoiro.

Está claro que esta situación, la de Lendoiro cobrando y desafiando a todo el mundo, mientras el Deportivo no arregla su grave problema, produce ya hartazgo en todos los estamentos del club. Pero la angustia del Deportivo es tan extrema que ya no se pueden permitir medias tintas. Lendoiro apenas esconde su estrategia: protegerse a sí mismo a costa del club. Quien defiende a Lendoiro, quien sigue haciendo de palmero de sus bravuconadas, aporta su grano de arena a la liquidación.

Solo hay que hacer una reflexión para comprender quién es el culpable de todo lo que está sucediendo. ¿Por qué todas las cuestiones en las que participa Lendoiro se eternizan y acaban como el rosario de la aurora? Da igual que sea un concurso, la marcha de un futbolista, un convenio con un club o la negociación de un fichaje. No nos engañemos. Los mil y un conflictos que ha sufrido el Deportivo a lo largo de todos estos años han tenido un denominador común: Lendoiro. Quien intenta repartir culpas en este proceso concursal con los administradores y acreedores, se equivoca. Lendoiro no soluciona problemas, los crea de la nada y los agrava y encima cobra por ello.