Miami Heat, más que LeBron James para igualar a San Antonio Spurs

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DEPORTES

LARRY W. SMITH

El equipo de Florida amplía recursos para empatar la final de la NBA

10 jun 2013 . Actualizado a las 19:46 h.

Cuando LeBron James jugaba en Cleveland Cavaliers, la estrategia defensiva de los rivales era clara. Pero en Miami Heat, rodeado de otros buenos jugadores, todo se complica: la gran estrella de la NBA enterró su ego y aprendió a jugar para sus compañeros. «Está siendo agresivo, creando oportunidades, pero no de la forma en la que la gente está acostumbrada», explicó el técnico de Miami, Erik Spoelstra, la actuación de James, que el domingo tuvo un mal día que muchos desearían: 17 puntos, ocho rebotes y siete asistencias.

LeBron James sólo anotó siete de sus 17 lanzamientos, falló canastas que no suele errar y estuvo bien defendido por Kawhi Leonard y Danny Green. Era un partido trascendental tras el triunfo de San Antonio Spurs en el primer duelo de la final de la NBA, pero aceptó que no era su día y permitió que brillaran otros: cinco jugadores en dobles dígitos y dos con nueve puntos.

«Todo el equipo de Miami nos mató», constató el argentino de los Spurs Manu Ginóbili. Miami Heat presume de ser mucho más que el Big Three. Es un conjunto completo en el que el domingo destacaron Mario Chalmers, Mike Miller, Ray Allen o Chris Andersen desde su papel de secundarios. «Por eso son un gran equipo, por eso son los campeones», afirmó Tony Parker, brillante en el primer duelo pero eclipsado en el segundo por la defensa del Heat.

El francés fue el MVP de la final del 2007 que los Spurs ganaron a Cleveland por un contundente 4-0. San Antonio tapó bien al joven James, que no contaba entonces con los compañeros actuales para echarle una mano en ataque. Miami Heat supone un reto mucho mayor. «Lebron va a anotar, pero ahora los otros jugadores están también jugando muy bien. No podemos permitirnos las dos cosas», dijo Parker.

James no es ya el anotador solitario. Presume de ser un facilitador y está más orgulloso de sus asistencias y de su defensa que de sus puntos. Cuando en el 2010 LeBron se decantó por hacer las maletas e irse a Miami empezó a enterrar de alguna manera su ego. Comprendió que él solo no ganaría el anillo que tanto deseaba.

«Para eso vine aquí, para competir por el campeonato todos los años. Tomé un decisión difícil (en el 2010). Imaginé algo más grande como equipo, sacrifiqué muchas cosas porque quería hacer algo especial con un equipo», dijo hace varios días James, que el año pasado celebró el ansiado título que ahora quiere repetir. Sabe que no lo hará sin la ayuda de sus compañeros. «Pasar la pelota es contagioso y permite que todos estén involucrados», dijo el domingo, copiando el discurso de los grandes bases.

«Sé que atraigo mucha atención y este equipo ha sido construido de tal manera que si yo atraigo la atención, hay otros jugadores para hacer las jugadas. Si no anoto y en ataque estoy fallando algunos tiros, trato de encontrar la manera en la que poder ayudar a mi equipo», dijo tras su espectacular tapón a Thiago Splitter, muestra de lo que ofrece en el otro aro.

«Es un jugador completamente diferente», lo comparó con el James del 2007 el técnico de los Spurs, Gregg Popovich, que hace seis años le forzó a lanzar desde lejos. Ahora también lo está alejando de la pintura, pero en lugar de hacer lanzamientos complicados encuentra abiertos a Allen o Miller, que el domingo acribillaron a los Spurs.

Popovich y San Antonio tienen que elegir: dejar que haga 30 puntos y que nadie le ayude o mantenerlo por debajo de 20 como en los dos primeros partidos y arriesgarse a que sean otros los ejecutores de Miami. James, que aseguró antes de la final ser «50 veces mejor jugador» que en el 2007 y ser más maduro, está sereno y relajado. Su ego está apaciguado y conforme.

En su puesto en el vestidor del AmericanAirlines Arena, junto a su ropa, encima de sus cuatro pares de zapatillas perfectamente alineados en los que se combina el rojo, el blanco y el negro, ha colgado un mensaje que le recuerda en todo momento el camino elegido: «Un hombre se hace grande en función de su trabajo por el bienestar del prójimo». Firmado: Mahatma Gandhi.