Caldeira de Sar, ni fortín ni festín

M.G. REIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

DEPORTES

El Multiusos de Sar registró una media de espectadores superior a los cinco millares.
El Multiusos de Sar registró una media de espectadores superior a los cinco millares. álvaro ballesteros< / span>

El Obradoiro firmó esta temporada el mismo balance en casa que a domicilio

09 jun 2013 . Actualizado a las 18:30 h.

De la magia y el embrujo de Sar da muestra cualquier partido escogido al azar. Y si el azar se posa en alguno de los días de pasión y etiqueta, como la última jornada de la Liga Endesa ante el Bilbao o el punto y final al curso frente al Real Madrid, en el play off, la escenografía de siempre y el sentimiento que envuelve el Multiusos adquieren un grado superlativo.

Pero los números de esta temporada lo que dicen es que Sar, con más de cinco millares de aficionados en las gradas en cada partido, no es ni un fortín ni un festín para los rivales. Ni es un recinto inexpugnable ni es de los fáciles de conquistar.

Cuarto mejor visitante

De hecho, lo extraordinario del Obradoiro Blusens Monbus este curso es su rendimiento a domicilio. Ganó los mismos partidos en casa que fuera, nueve; perdió tantos duelos en su feudo como lejos, ocho. Solo los tres grandes presupuestos de la Liga Endesa mejoran ese registro como visitantes: el Real Madrid, que perdió en dos de sus desplazamientos; el Baskonia, en tres; y el Barcelona, en siete.

En cambio, el colectivo santiagués es, de los doce primeros, el que peor balance presenta como local, lejos del Real Madrid, que solo cedió dos veces ante su público (una de ellas ante el conjunto de Moncho Fernández), el Valencia y el CAI Zaragoza (tres), el Barcelona (4) o el Bilbao y el C.B. Canarias (cinco).

Los registros del Obradoiro a domicilio son tan espectaculares que eclipsan una campaña más que correcta en Sar, porque el equipo firmó mejor tarjeta en sus dominios que el Murcia, el Fuenlabrada, el Cajasol, el Valladolid, el Lagun Aro y el Manresa, los considerados, antes de que empezase la competición, sus rivales directos en la lucha por la permanencia, con excepción de los sevillanos.

Buscar un porqué a esta trayectoria del equipo no es sencillo. Quizás no lo haya. El propio entrenador, Moncho Fernández, se declara «enemigo de establecer patrones porque cada partido tiene una historia».

No obstante, el Alquimista de Pontepedriña apunta a un factor que enlaza más con el carácter que con el juego: «El grupo siempre ha demostrado orgullo y fortaleza mental». Siempre creyó en sus opciones de victoria más allá del potencial del rival. De hecho, solo hubo un partido en el que apenas planteó oposición, el de Zaragoza. En menor medida, el de Manresa. Y quizás habría que incluir el segundo cuarto en Bilbao. En lo demás dio mucha guerra.