Rafa Nadal: De las lágrimas del milagro a la prudencia ante la final de Roland Garros

Dpa

DEPORTES

YOAN VALAT

«No me siento favorito, me siento finalista», dice sobre su duelo contra Ferrer el domingo

08 jun 2013 . Actualizado a las 20:00 h.

Rafa Nadal provocó grandes emociones al llegar a la final de Roland Garros. Pero apenas unas horas después se muestra con una prudencia impropia de quien ha estado siete veces antes en la misma tesitura y siempre salió airoso. «Es un milagro». Poco más pudo decir Toni Nadal antes de romperse y alejarse con el rostro cubierto de lágrimas, mientras a su alrededor decenas de personas seguían preguntándose cómo era posible que tras el partido que acababan de ver aún debiera jugarse una final.

Rafa Nadal, el hombre que instantes antes derrotaba a Novak Djokovic 6-4, 3-6, 6-1, 6-7 (3-7) y 9-7 en el quinto set de la semifinal de Roland Garros, seguía en el vestuario, conmovido, feliz y rodeado por los suyos tras cuatro horas y 37 minutos de batalla. «Lo que hizo Rafa es inigualable. Lo tenía perdido y lo ganó», dijo, también con los ojos brillosos, el capitán del equipo español de Copa Davis, Alex Corretja, tras un partido que Nadal tuvo en su manos con 6-5 y 30-15 en el cuarto set y luego muy lejos cuando perdía 4-2 en el quinto.

Una amalgama de familiares y amigos del jugador, tenistas, parientes de tenistas, entrenadores, agentes y periodistas saturaba la capacidad de la sala de jugadores de Roland Garros. Muchos de ellos seguían conmocionados por lo que acababan de ver, un partido propio de una gran final, no precisamente por su calidad, sino por las emociones y alternativas que incluyó. Las lágrimas de Toni Nadal, que a esa altura había vuelto a dejarse ver, brotaron en el momento en que escuchó la palabra maldita, «rodilla». Fue una doble lesión de rodilla la que dejó fuera de combate a Nadal durante siete meses, y es esa misma rodilla izquierda la que sigue preocupando al jugador y a los suyos, pero de la que prefieren no hablar ya más en público.

Si en efecto la rodilla no está bien, la palabra «milagro» no es excesiva, ya que desde su regreso al circuito Nadal suma seis títulos, dos finales y una tercera ahora que podría darle el séptimo trofeo de la temporada. Por eso Carlos Costa, agente del español, no ocultaba que lloró con intensidad en ese vestuario del que Nadal seguía sin salir.

Saldrá el domingo a buscar su octavo título, pero Nadal aseguró no sentirse «favorito» ante su compatriota David Ferrer. «No me siento favorito, me siento finalista», dijo el número cuatro del mundo, que buscará sumar su victoria número 59 en Roland Garros y superar al argentino Guillermo Vilas y el suizo Roger Federer, con los que comparte ahora el récord de partidos ganados.

«Fui mejorando un poco en cada partido, pero David Ferrer no perdió un set en todo el torneo. Te lleva a los límites, y si no juegas al máximo te crea grandes problemas», añadió Nadal en su análisis sobre Ferrer, al que derrotó 19 de las 23 veces que lo enfrentó. «Si alguien merece ganar títulos y estar en finales de Grand Slam, ése es David. Es un poco como la situación de Andy (Murray) cuando ganó el US Open», analizó el ex número uno del mundo, que cree que el «monopolio» de títulos grandes que protagonizó junto al serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer fue algo excepcional.

«Lo que ha pasado en estos años es muy difícil que se repita», aseguró el 11 veces campeón de Grand Slam, que regresó en febrero al circuito tras siete meses de ausencia por una doble lesión de rodilla y lleva seis títulos y dos finales en ocho torneos, con la posibilidad de sumar en Roland Garros un séptimo trofeo en el 2013.

Nadal dice llegar a la final «preparado para pelear y con la cabeza fresca» tras un torneo en el que, cuando necesitó jugar «al mejor nivel» fue capaz de hacerlo. «He aceptado en todo momento las adversidades. Esto es muy especial viniendo de donde vengo, y que sea la novena final consecutiva, es algo que no me podía imaginar». Nadal destacó que él y Ferrer tienen «un nivel parecido» y que «los partidos se definen en detalles». «Soy zurdo, y en la historia mi bola ha sido incómoda para todos, espero que mañana con David también sea así».