El Cambre se articuló en determinados nombres propios, que al fin y al cabo son los que dan vida al deporte amateur. Por un lado, la columna vertebral formada por veteranos como Martín García, Fernando Lariño, Santi Carrera, Diego Salinas, Antti Nykännen. Por otro, jóvenes como Marcos Prieto, Manu Casteleiro o Miguel París. La guinda, el regreso de viejos conocidos como Gonzalo Vázquez, que regresaba a su club tras competir en Arzúa la pasada campaña, Iago Freire o Chema Morandeira. Por último, incorporaciones como Miguel Justo.
Juego ofensivo
El Club Baloncesto Cambre se destacó como un equipo alegre con gran capacidad ofensiva. Fue uno de los máximos anotadores de la categoría. Fueron momentos épicos de la temporada los duelos ante el Santo Domingo de Betanzos (derrota en la ida por una canasta y victoria una vuelta después en la prórroga) y el Rosalía (con tropiezo en el tiempo extra). Sin embargo, la derrota ante el Arzúa supuso un bajón anímico y la consecuente distancia con respecto a los dos primeros clasificados.