Mourinho pasa sus últimos días en el Real Madrid entre ruido, polémica y rumores

Dpa

DEPORTES

Juan Carlos Hidalgo

La derrota en la final de la Copa del Rey pone la guinda al ciclo del luso en el equipo blanco

19 may 2013 . Actualizado a las 03:59 h.

José Mourinho enfila los que parecen sus últimos días como entrenador del Real Madrid envuelto por el ruido de sus propias palabras y los rumores sobre su más que probable salida del banquillo blanco. Al Madrid le quedan dos partidos para cerrar la temporada, ante la Real Sociedad y Osasuna en una Liga en la que no se juega nada. Sin embargo, poco se hablará de sus rivales en las próximas dos semanas.

Los focos seguirán sobre Mourinho, un figura que se deterioró en los últimos meses y que el viernes recibió un golpe casi definitivo: el Real Madrid perdió la final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu ante su eterno rival, el Atlético de Madrid, equipo contra el que no perdía desde hace 14 años. «Es la peor temporada de mi carrera. Nunca quedé sin ganar títulos importantes. Ni el Real Madrid ni yo nos alimentamos sólo con una Supercopa de España», explicó Mourinho haciendo balance de la temporada. Y los aficionados rivales son conscientes de que el Real Madrid no pasa precisamente por un momento envidiable. «¡Mourinho quédate!», gritaron en la noche del viernes más de 30.000 gargantas atléticas en el Santiago Bernabéu.

El cántico también se oyó en varias ocasiones en las gradas del Camp Nou, estadio del Barcelona. Y si hay una verdad innegable en el fútbol español es que las hinchadas azulgrana y rojiblanca nunca le desearían lo mejor al Real Madrid. Después de dos años peleándose con árbitros, instituciones y equipos rivales, Mourinho afiló su mensaje esta temporada y dirigió sus ataques hacia su propia plantilla. «Hemos tenido algunos líos, pero bueno, todos somos profesionales y hoy estábamos unidos, queríamos ganar por la afición», reconoció el defensor Raúl Albiol después de caer 2-1 en la prórroga ante el Atlético de Madrid.

«No hay que excusarse con lo que ha pasado durante la temporada. En todos los equipos hay líos. Hemos intentado arreglar las cosas que había en el vestuario y todos hemos intentado ganar», agregó el central, confirmando las confrontaciones en la plantilla blanca. La final ante el Atlético fue un reflejo de la etapa de Mourihno en el Real Madrid: el luso fue expulsado por discutir con el árbitro, Pepe quedó fuera de la convocatoria y el partido terminó enmarañado en trifulcas en la zona técnica.

Mientras Mourinho seguía los últimos minutos desde el vestuario, fue Iker Casillas el que dio la charla antes de la prórroga después de comerse las uñas durante más de una hora en el banquillo, su hábitat desde que se rompiera un hueso de la mano en enero. Sobre el papel, el Real Madrid de Mourinho asusta: más de 2,5 goles por partido y más de un 70 por ciento de victorias. Pero hay algo que no terminó de funcionar. La realidad de un equipo de fútbol se mide con títulos. Y Mourinho estuvo lejos de lo que se esperaba de él cuando el Real Madrid pagó ocho millones de euros por sus servicios en 2010. Una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España en tres años parece un bagaje algo escaso para un equipo nueve veces ganador de la Liga de Campeones.

Su etapa tiene muchas sombras y crispación, pero también alguna luz brillante: el equipo blanco se quitó el complejo a la hora de enfrentarse a su eterno rival, el Barcelona, y ganó en el 2011 una Liga llena de récords -100 puntos y 120 goles-. Ahora que pocos apostarían algo de dinero por la continuidad de Mourinho en el Real Madrid, el debate se centrará en su futuro, que parece más cerca del Chelsea. «Con él al timón todo va a ir muy bien», dijo el viernes el jugador blue Frank Lampard.

Sin embargo, Mourinho no reveló nada nuevo sobre sus planes después de caer ante el Atlético. «Tengo contrato por tres años más y no me senté a hablar con el presidente (Florentino Pérez). Es normal que se hable de Ancelotti o de cualquier otro entrenador, también de que pueda ir al Chelsea. Sólo puedo prometer honestidad», dijo. Mourinho no se sentará en el banquillo ante la Real Sociedad por su expulsión del viernes. Regresará ante Osasuna, delante de una hinchada que le pitó ante el Atlético de Madrid. Hasta entonces, los rumores y los ecos de sus palabras serán los dueños de la escena.