El leopardo de las nieves gallego

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso Lois REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

El coruñés Álex López iniciará en verano el ascenso a los cinco míticos sietemiles de la antigua URSS, un reto solitario, sin porteadores ni guías

02 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

En plena guerra fría, en 1967, la Unión Soviética creó el premio Leopardo de las Nieves para conmemorar el cincuentenario de la Revolución de octubre de 1917. Solo los alpinistas que coronasen todos los sietemiles del territorio, ejemplos de superación para el pueblo, lograrían la distinción. La lista de cumbres la forman hoy los picos Lenin, Khan Tengri, Korzhenevskaya y Ismail Samani (antiguo Monte Comunismo) en la cordillera del Pamir, y el Pobeda, en la Tian Shan, todos en Asia Central, en la zona fronteriza entre Tayikistán, Kirguistán, Kazajistán y China. El alpinista coruñés Álex López las atacará desde agosto en un ambicioso proyecto que prevé culminar en el 2015.

«Tuve expediciones en Uganda, Perú, Islandia, Jordania... Pero quería hacer un proyecto singular en Asia, que se saliese de lo más típico. Y así surgió la idea del Leopardo de las Nieves», explica Álex López, que cumplirá en agosto los 31 años en plena ascensión a los 7.134 metros del Pico Lenin. Salvo Chus Lago, que los terminó de completar en el 2004, no se difundieron más ascensiones de alpinistas gallegos a los cinco sietemiles.

Patrocinio

La primera dificultad para un reto de tal envergadura radica hoy en lograr los «ajustadísimos» 15.000 euros de gastos: «Ahora es más complicado que subir una montaña», explica. Tras cerrarse muchas puertas, la empresa de ocio y entretenimiento vinculada al deporte Slot 21 apostó por el proyecto, que respaldan, en menor medida, las firmas Bestard, Campo IV, Pescamar y Cume Norte.

El reto de Álex López añade una singularidad frente al de Lago. Abordará la parte técnica de las ascensiones en solitario, y sin guía ni porteadores de altura. «En las subidas siempre te encuentras otra gente. Quizás, ir sin nadie a tu lado añade una dificultad más psicológica que técnica», considera.

La soledad entraña una novedad también para el alpinista coruñés, que empezó a prepararse para esas condiciones hace seis meses, con salidas ya sin compañía: «Creo que la preparación tiene un 60% psicológico y un 40% físico. Estoy haciendo salidas a la nieve, mucho fondo, carrera en la montaña con desniveles y trabajos de fortalecimiento de las piernas y la espalda para cargar con la mochila». Llevará entre 25 y 27 kilos. «Y al ir solo haré varios porteos, con subidas y bajadas para completar el transporte».

Hasta ahora, no pasó nunca de los 6.700 metros. «Para probar la actividad en solitario, empezaré por el pico más asequible entre comillas, el Lenin, de 7.134 metros. Rezo para que haga buen tiempo y nieve en condiciones óptimas». Los ferrolanos Nuria Valle y Carlos García se quedaron hace dos años a 500 metros de la cumbre, ya que alpinistas gallegos afrontan alguno de los picos del Leopardo de las Nieves de forma aislada.

Chus Lago y el Pobeda

En el el verano del 2014 el reto de Álex López se endurece, con los 7.495 metros del Ismael Shamani y los 7.105 del Korzhenevskaya. Quedarían para el año siguiente -siempre en agosto, la época menos desfavorable-, los 7.010 metros del Khan Tengri, en la frontera con China, y los 7.439 del Pobeda. En este último sufrió Chus Lago una de las experiencias más extremas de su vida. Necesitó tres intentos para coronarlo, y el ascenso del 2002 le marcó. «Pensé en dejar el montañismo. Nos quedamos aislados en el campamento, caí en una grieta, tuve que excavar una cueva de hielo para dormir, una avalancha entró en la tienda y sepultó a mi compañero y luego me quedé ciega tres días. En ese momento, piensas que todo se acabó», explicó en su día sobre una vivencia que casi le hace retirarse. Cando le ganó al fin a la montaña, le fue amputada media falange de un dedo por la congelación.