Iago Beceiro (A Coruña, 1993) es una de las joyas de la cantera gallega y -desde el pasado domingo- el refuerzo de lujo del Verín para el último tramo de la Preferente Sur.
Tras su aventura en la máxima categoría de Ucrania, a donde se marchó con solo 19 años, accedió a la petición de los verinenses, tras su regreso a su domicilio coruñés: «Quería terminar la temporada jugando y, como no puedo tramitar ficha ni en Segunda B ni en Tercera, la Preferente era la única opción; me pidieron en Verín que les echara una mano e intentaré ayudarlos en todo lo que pueda para que se mantengan en la categoría».
Después de acceder a la internacionalidad en categorías inferiores y de entrar en los planes de Lotina para el primer plantel del Dépor, Beceiro no compite de modo oficial desde hace ocho meses, pero dejó pinceladas de su calidad en el estreno con la camisola del Verín en Portonovo: «En los últimos meses me he cuidado, jugué algún amistoso y no dejo de entrenarme en el gimnasio, pero me falta de ritmo de partido, de todos modos me sentí cómodo con los nuevos compañeros y marqué un gol, aunque no pudimos puntuar, espero coger la forma pronto y ayudar al equipo».
El coruñés no conocía a ninguno de sus nuevos compañeros, aunque sí había sido rival en varias ocasiones del otro refuerzo de los verinenses, el canterano céltico, André Domínguez. Ambos estarán dispuestos para lo que requiera el técnico Iago Lantes, con vistas al derbi contra el Arenteiro, el próximo domingo en el José Arjiz. Solo dos puntos separan a ambos equipos, con los carballiñeses marcando el corte del descenso directo, si bien la situación se complica al pensar en los arrastres de Tercera División.