El Octavio controló al Anaitasuna hasta que el físico le abandonó

EFE / PAMPLONA

DEPORTES

Los vigueses perdieron 32-23 ante el Anaitasuna

25 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Tanteador cada 5 min: 1-1, 2-4, 4-7, 9-9, 12-11 y 17-14 (descanso). 18-15, 21-17, 22-21, 26-22, 28-22 y 32-23

Árbitros y exclusiones: Casado Fernández y Vera Ávila. Excluyeron a Martínez, Novelle y Chocarro, y a los visitantes Vargas, Cacheda, Kallman (2), y Frade (2).

Incidencias: Pabellón Anaitasuna de Pamplona ante 1.500 espectadores.

Schulz (Álex Sánchez Capón), Ricardo Reig (5 ), Ion Latorre, Goñi (2 ), Chocarro (3 ), David Carvajal (1 ), Álvaro Gastón ( 3), Rubén Montávez ( 1), Meoki (3 ), Cristian Martínez (2 ), Nadoveza (7 ), Novelle (3 ), Borragán (2) y Marcelo

Jorge García (Pablo Chantada), Ismael Juárez (3 ), Pablo Lorenzo (2 ), Arkaitz Vargas (1 ), Antón Giráldez, Cacheda (3 ), Cerillo (6 ), Kallman (6), Javier Fernández, Fran González, Hermida y Víctor Frade (2 )

El Academia Octavio regresó de vacío de su visita a la pista del Anaitasuna, que consiguió una amplia victoria sobre los vigueses (32-23), que no refleja la igualdad que hubo entre los dos equipos durante casi todo el encuentro. Los navarros no pudieron romper el partido hasta el minuto 50, cuando el conjunto gallego bajó su ritmo por desgaste y cansancio físico.

El conjunto pamplonés, conocedor de su mayor banquillo, imprimió siempre un ritmo alto de juego que le dio fruto en los últimos diez minutos con un parcial de 7-1 que resultó definitivo. La primera parte resultó muy equilibrada, con un Octavio muy concentrado y con un punto más de tensión que los locales. Los gallegos, con una buena portería ocupada por Jorge García y los «latigazos» de Kallman en ataque, dejaban en evidencia a los navarros en el marcador. Del 0-2 inicial se pasó al 2-4, donde Etxaburu solicitó el primer tiempo muerto local, y al 4-7 que fue la máxima renta favorable a los vigueses.

Poco a poco el Anaitasuna se metió en el partido. Miguel Goñi empató a ocho goles con un contraataque bien finalizado en el minuto 19, provocando un tiempo muerto visitante. Nadoveza, el mejor de los pamploneses en ataque, puso la primera diferencia favorable al Anaitasuna, y hasta el descanso hubo un correcalles en el que el cuadro navarro salió mejor (17-14).

Aumenta la distancia

En la reanudación, las diferencias aumentaron hasta un 21-16. Los navarros apretaron en defensa lo suficiente y Quique Domínguez, que protestó muchas decisiones de los árbitros, tuvo que pedir tiempo en el minuto 8. Octavio exprimió sus posibilidades con Kallman y Juárez en ataque hasta el 22-21 al cuarto de hora, pero las fuerzas ya no dieron más de sí.

Los últimos minutos fueron de dominio pamplonés, y eso que Domínguez paró el partido con el 25-21 en contra en el minuto 17. Ya no hubo capacidad de reacción visitante. La defensa navarra se impuso y los contraataques fueron constantes en el esprint final con nueve goles de diferencia (32-23), ante un Octavio que nunca se rindió.